La parafernalia drogadicticamente magnífica de dios, de papá pitufo y de ti





Colmillos estrafalarios disfrazados de Draq Queen son el ígneo placer de la locura como mecanismo de control de masas y otras flores del datilero de los perjumenes descafeinados de las sociedades. Veo payasos disfrazados de meninas que intentan asesinarme psicológicamente en la primera capa al destapar mi yogurt, por otro lado me interesa la vida de los gusanos nemotécnicos que fluctúan pendularmente en vertical desde mi flequillo y que bautizan lombrices con nihilismos de esparto en un bingo en Manhattan.

Sabemos que estamos muertos y que la locura es la única forma de deshojar la margarita de gelatina que patina encima de marihuana reproductiva en la intervención del concepto, entonces porque no dejas en paz la puta purpurina, el glam y los batidos de fresa!

Así que voy a practicar con el dolor: Para las caperucitas rojas que orbitan inútilmente encima de mi almohada, para los parpados rumberos drogados, para las esponjas que chorrean bolsitas de anís, para las madonnas de cuerpo entero, para los gitanos licántropos, para el sonido de los milagros extraterrestriales, para la sonrisa de los maderos con porras narcolépticas, para los dogmas políticos y los estigmas presidenciales, para la ansiedad del yoga, para los carteros con rayos uva en su perfil, para el tiempo, la flaca, para las raíces de cualquier planta melancólica con resaca, para las chapitas con emboscadas, para los poemas en html, para la (a)mantis religiosa de mi teleférica relación, para dios, para papa pitufo, para ti.

Entre tantos millones de ruidos encontré a alguien formado por millones de sonidos aleatorios @vier_minuten!