Psicofonias para un retrato robot del alma



Las cuchillas del cortacésped se niegan a pedirme perdón, es sólo sangre dicen... Te necesito cerca, no me escuches. El colchón esta empapado de flores está en el suelo muerto, al lado de la esquina donde nace nuestro rosal. Acuérdate que la primera proporción es adorar falsas faldas, ensordecerse con el dolor tipográfico o sufrir como un sombrero de Isabella Blow, eres sed y eres humedad. Te sentaste enfrente de mi juventud mirando por la ventana del tiempo, arando cada reflejo con tus uñas, te diste cuenta que mis ojos entreabiertos habían escogido aquella canción del tocadiscos y detuviste aquel instante, agotando hasta la última oportunidad, meteorizándonos y encubriendo las historietas de empujones hasta la garganta, era fácil y sencillo consistía en componer un réquiem para un dolor de cabeza.

La década de los bigotes en llamas



Te prometí que construiría torres de ceniza para que las utilizaras de antorcha y quemarme vivo… ya sabes mi carne cruda se cauteriza con tus besos, he confundido el verano con mis sueños, la realidad de pastillas para dormir. Te engañaría si te dijera que no me he perforado los pezones para sentir el dolor cerca del corazón, te sientes tan cerca de mi como ese dolor, me gustaría estrangularte mientras se produce el milagro en tu mente, estoy agotado, no tardes en negármelo todo, no pienses que aún sigo enamorado de ti, sólo que me gustaría empezar a quemarlo todo contigo de nuevo, quería protegerte de la lluvia de pájaros en llamas, dejaré el gas abierto para que enciendas la llama de mi corazón y saltemos por los aires.-