La armonía desnucada de 2010





Y llegó el final de 2910 un año repleto de apartadas referencias al cielo, de errores, de velas e incienso. Y en estos últimos minutos que me quedan condecoro a mi libertad, esa libertad que empezaba a llenar tus labios y se esparcía sobre cada una de tus grietas, sobre el coma de tu piel, esa que tras varios días de intermitencia acababa por encontrar tus palabras en la cúspide de mi pirámide alimenticia, un año de intervalos y minuetos de espigas brotadas en lagrimales, de permisos y rasguños que buscaban la fe en los ojos de mi enemigo, una año repleto de telarañas, crisis y YSL, de este año solo me voy a quedar con una palabra honesta; anhedonia.

Les deseo la mejor muerte que un 31 de Diciembre se pueda desear, os amo, a ti y a ellos.-

FELIZ 2011

Barcelona la puta taconada de cuerpos celestes de San Jorge





Barcelona la puta taconada de cuerpos celestes de San Jorge, con sus impedimentos y rituales libertinos de inconsciencia, la clave de sol ambulante del mar mediterráneo, la lluvia ilegible, la ciudad del yo y del puede ser. La Barcelona que soporta la política de los necios con soberana desfachatez, la que reina la belleza costumbrista del arte de caer en ella, la que descansa en paz en los pies de Colón, de faranduleo modernista y catedrales de barbitúricos, de cultura y heridas prohibidas, la prohibición del cliché, la novena embarcación de mi convicción, mi adicción, mi absenta, mi rebelión…

A ella que rige mis cabezas como una hidra sin cuerpo, como una chica secreta escondida entre los ríos de sus calles sin alma, como una resistencia al dolor de su enjaulada iluminación, la envidia de la luna, de las mareas, de la brisa y de Dios, es mi riesgo, mi infarto de amor, mi libertad, la Barcelona de mi convicción, la espada que reside en mi vientre como las tripas que se esparcen por sus senos, la Barcelona frutal celosa de mi amor por ella y su irreverencia.

Y que el carbono-14 sea nuestro testamento





Huérfano de mi sed… abrí la cortina de terciopelo que cubría tus ojos y sin darme cuenta me vi arañándome con tus uñas, con la misma inocencia con la que peleabas por quedarte virgen, el intercambio amoral de lentillas entre el humo y las bidirecciones de espejos, el ritual de entorpecer, las excusas de la carne cruda, el champagne, las venas engullidas como si fueran tallarines, todo aquel sistema de situaciones métricas, la luna, el sol y tu rebelión.

Apartamos con la misma ira la idea de bondad como apartamos los guisantes de nuestro arroz tres delicias, seguías siendo esa maldita aplicación para iphone de una brújula que funciona por gps y yo en cambio seguía firme a mi brújula solar, esa que para saber donde está el norte necesitas al sol, sin embargo los dos soñábamos ser la brújula imantada guiándonos por impulsos de campos gravitacionales.

La misericordia de la cánula y el cateter de nuestro amor





Del azúcar sintético al amargo decibelio del grito, así fue como el encanto del tungsteno encendió la mecha, sonando de fondo héroes y abrazando el tango de fuego en nuestro baptismo de purpurina, arena de color beige sobre el árbol de navidad, que difícil era ser; tu el catéter y yo la cánula con el cual cosíamos los jerseys de esperanza con los que nos vestíamos en navidad.

Arrastrábamos la memoria colectiva y la razón corporal de los extraños de tu anatomía disidente excarcelada de promesas y sueños, riñas que se estrellan sobre mi capa de ozono con el gran agujero de soledad solar y la lluvia que se RIPea a tu lado, la ciudad apagó el radiador que daba lumbre al contrafuerte de las visiones de bolas de cristal y manos sintéticas.

Soy una victoria andante sobre el tiempo





Perdón por mi naturaleza de perdidas de aventuras, perdón por las noches de followers reconstruidos en marihuana intelectual, soy una victoria andante del tiempo y me rijo por las mareas de comentarios jocos y problemas como los de Tristán. Sobreviví al hielo y al olvido de las victimas de ese teleférico, Madrid fue mi crimen sin acabar, tuve fe pero no en cristo y renací del renacimiento al cual me tenían acostumbrados tus ojos, he cambiado mil trueques en el averno para convertir esta puta habitación en algo parecido al cielo y solo he conseguido cambiar de cabecero.

Me suicido cuando corrijo siderúrgicamente mi corazón de hierro con las hiedras de mi vida y mi medicación. Sigo viviendo, sigo bebiendo de esos manantiales de la vida eterna que se llaman tus ojos y a cada millón de años le pongo un decimal para que les hagas compañía, puedo esperarte detrás de la línea porque tengo fe en el desvarío de tus miradas, en el ungüento de tus palabras, oigo el murmullo debajo de mi cama, escucho sus risas al despertar y mantengo la cabeza muy alta como mártir de esta sociedad.

Exprímeme la sonrisa con tus ojos de perra





Y tú tendida en mi cama y yo tendido en el tendido eléctrico de mi cama:

—Haz que se pierda todo; la sangre del violín, las venas nenúfares del corazón, las olas clandestinas de tu piel de gallina, los arcos iris que hacen de caparazón a la lluvia solar, los ángeles de mármol aniquilados por la madera salvaje del tiempo amazónico, todos tus enjambres de muñecas vestiditas de azul geranio, el ejercito de posibilidades en tierras de vapor, el alma de estallidos de hambre, las donaciones de sangre de zumo de tomate, pierde el sueño recuperado de la hipnosis, las papeletas desestabilizadas de los rincones poligonales, el sufragio de rampas en el paladar, el ático de la jirafa, la virilidad, la virginidad, la impermeabilidad…

—¿Porque?

—Por amor.

Te sonreiría pero tus ojos son como dos exprimidores de naranjas para mi sonrisa. Se alquiló un cuartillo en el oasis de sus costillas, y mientras, probé a tapiar las noches pero por más que quise siempre entraría el Alba.

Exprímeme la sonrisa con tus ojos




Y tú tendida en mi cama y yo tendido en el tendido eléctrico de mi cama:

—Haz que se pierda todo; la sangre del violín, las venas nenúfares del corazón, las olas clandestinas de tu piel de gallina, los arcos iris que hacen de caparazón a la lluvia solar, los ángeles de mármol aniquilados por la madera salvaje del tiempo amazónico, todos tus enjambres de muñecas vestiditas de azul geranio, el ejercito de posibilidades en tierras de vapor, el alma de estallidos de hambre, las donaciones de sangre de zumo de tomate, pierde el sueño recuperado de la hipnosis, las papeletas desestabilizadas de los rincones poligonales, el sufragio de rampas en el paladar, el ático de la jirafa, la virilidad, la virginidad, la impermeabilidad…

—¿porque?

—Por amor.

Te sonreiría pero tus ojos son como dos exprimidores de naranjas para mi sonrisa. Se alquiló un cuartillo en el oasis de sus costillas, y mientras, probé a tapiar las noches pero por más que quise siempre entraría el Alba.

Prostitutas con diabetes y diamantes





Exculpo las cruces sembradas en el campo neuronal de mi garganta con las cuales mezclabas el mojito, y riño contra mí ser de la forma más abrupta y torturadora posible, con brusquedad para que al rozar mi ira con la silicona fortuita de tus senos recriminen los embriones circunsincrustados en mi tripofobia, se hieren como dos agujas revoloteando por el estomago de mariposa y la lengua de oso hormiguero marca el clímax de un orgasmo, porque la esperanza es solo sal de tequila, nada mas que el brillo de los talismanes de los mares del sur y noto tus angelicales latigazos en mi espalda con tu manojo de venas, pues esa es mi realidad, mi realidad mas enfermiza, tus cosquillas de rodillas en el santo sacramento del ovillo y la aguja de la princesa con tacones YSL, de las meriendas en la calva de nuestra abuela de psicosis.

Os odio de la mejor forma posible, follaros al feriante de mis nudos espaciales, al acordeonista de intervagones de tren, a la chica pija del 4B, pero no me dejéis solo en esta habitación pues el Internet acabará con mi especie, con mi especia, el amor y la agonía por la soledad de diabetes y diamantes.

Asísteme, resísteme, insísteme bajo el nivel del mar de tus desiertos de paraguas…

La absenta ocular de tus balazos





Sevilla dejó la herida más árida y la absenta mas abierta, mil lástimas, mil encantos y una lágrima a 8000 pies de altura. Nuestra belleza en ella representaba nuestro idilio, sin embargo una distancia próxima a la fingida vida y una vida de sueños y pesadillas que seguían siendo anuncios promocionales de Ryanair y pegué mis zapatos con las lágrimas de mis manos, anestesia de perfección, muertas puertas de embarque a Eindhoven resquebrajando cristal duchampiano en este fiel corazón destilado.

Te escuchaba respirar como los ruegos de los fieles, me desnudaba como las azafatas de proteínas, después de esta noche la osa mayor solo será caldo bacteriológico y así podremos desvanecernos en el puente de Londres y correr a cuenta propia, ya era hora, es el momento de volver en el avión emocionalmente cateto, con el pasillo de hormigas laterales, con los 198 pasajeros salmón, abróchense los cinturones llegan las turbulencias de la absenta ocular de tu motivación de la absenta ocular de tus abrazos y apretó las mandíbulas de sus brazos, agarró su picahielo tatuado lo arrancó de su piel y lo envolvió con la corteza cerebral para acabar haciendo una raja en mi colchón e introducirlo y cerrarlo a modo de ritual pagano de protección con hilo de azafrán.

Baleémonos y que las lágrimas hagan de paraguas.

Solo quiero ser tu ángel sin afeitar





Hay voluntades que mueren en un día, sueños que mueren en un día y amores eternos que mueren en un día. Ni tu amor es tan sensato, ni tu olor es tan ligero, ni esto es una barcaza, ni tus sueños un velero, no te niegues, se celosa, pues la fría y tempestuosa, noche razona, mejora, en enero llora, y piensa, no me odies, miles de corales, miles de flores, postales cardinales, necesitaba tu sabor, tu color, de narcótico amor a somnífero rencor, de mágica poción a refracción, nadar, reír, soñar, sentir y hablar de un planeta en explosión. Adicto a tu alambique, al tembleque espacial de tus manos al volar, a la rehabilitada soledad de la clase obrera del banquete de boda.

Ella era como una personificación de mi nombre y liberó mis brazos y rebanó con el cortacésped las tubuladas esfinges del jardín, todas las luces de tu cremallera me llevaban a ti, me juzgan, me aprietan y se reflejan al otro lado del espejo, seré el hijo de Jesús y de una magdalena.

Miéntemelo todo…





Hago castillos de cartas con tus señales radiofónicas y fijo carteles con la muy noble propaganda de mi amor, te escenifico mis batallas navales con mi cuerpo y sólo te pido perdón en el punto lunar del atardecer, así que revélate, como los carretes de foto y haz que tu quemazón sea una bonita astilla cadavérica con forma de corazón, así que no me desees demasiado fuerte y siénteme y siéntame frente a ti, en esta bonita corazonada de alambre de espino que electrificada protege tu locura de sirena por mi, así que sí, y si lo deseas vuélame sobre, desde y a hacia mi, ízame como bandera de tu dignidad, deja entreabierto el portón y apuñálame con tu ballesta.

Tus te amo genocidas en mis revolucionarios pacifistas de clase de inglés.

El amor de los desheredados




Y tus manos frías aguantando la coca cola fría,
Sonríes, los colores fríos de tu no llevar gafas,
Débil, sobre los cabellos fríos de tu correspondencia,
Tu lejanía, tú fría distancia de los 14 pasos,
Tu sufrimiento, frío y las oraciones, benditas oraciones,
Frías, como el frío amanecer de tus parpados, la fría ceguera, el frío amor
El frío dictado envilecido, la fría mariscada, el olvido,
Las frías heridas que muestran nuestras limitaciones,
Nuestras frías victorias, el espíritu inquieto, frío,
La equivocación de los Horacios, la invocación de la luz, fría,
El sacrificio frío, el juramento, la fría libertad renacida,
El frío viento que mueve las trampas de osos, frías trampas,
La bondad, el sacrilegio, el frío abrelatas de corazones de hierro,
La inocencia, la caridad del asesino, la fría bienamada, el perdón, la ceguera,
La reverencia por la claridad del eclipse de tu fría voz, se para, se pierde
Y despierto, y despiertas y me miras y sobre tu mirada mis ojos
Y sobre mis fríos ojos aluniza la frialdad de tus besos calientes.

El lobo marchitó sobre el microondas




Cuando nacieron mis sobrinas entendí perfectamente el significado de la fragilidad de la vida humana y el hastío de crecer. He metido la llave del cofre en la trituradora de papeles para inyectar con tu suspiro la única vena de cordura en tu coartada viral, he edificado sobre los mickeymouseísmicos la predilección por el número dieciocho, he perdido la anormalidad del dolor y del lamento, la soledad y las pequeñas hormigas que suben acariciándome inconcientemente con sus almidonadas mandíbulas el miedo, la oportunidad de ser una muñeca de trapo atrapada en el reclamo en cintas grabadas de jilguero, rodeado de mis tormentas atadas a la misma cuerda del reloj de cuerda. Así en el Sielo como en la Sierra.

Hace más de una década que dejé de sentirlo todo pero hay una mecánica dentro de mí que marca las horas en punto del día, que me recuerda que mi soledad está acompañada de miel y chocolate; Le dije. —‎Tenemos el mismo hueco de la escalera para enterrar el ataúd del amor, yo en el ático de mi fémur derecho y tu en el bajo primera del interior de tu muslo izquierdo.

El holocausto sómnico de tu amanecer





Lo se… la nasa, la esa y la commonwealth jamás quiso a los marineros australes y sólo me queda el consuelo de mi espalda retorciéndose en escalera de caracol envolviendo con tu cartílago frutal las respiraciones de los peces pulmonares que corren por los riachuelos de vino tinto de mis venas, se equivocaron, se equivocaron mil veces, esa equivocación del mutante epipaleolítico y los corazones en chándal en aquella paradoxal curva de espinasparadorsales, todo desencaminó en producto irreverente de la emigración imaginativa.

Abrigados con las tripas y los sarpullidos de corazones cerebrales y soldados de tungsteno tapizados de marfil electoral, perfectos dramaboys marchanchitándose un rato y procrastinando incontinencias benévolas, besar milagrosamente las estrías del cerebro, de luciérnagas y luceros y tus uñas descerebradas dejadas, cortadas y tiradas al suelo del acantilado son las únicas que me cantan el aria mas bonita que mis desdentadas orejas pudieran oír, al tiempo que desciendo vertiginosamente por él, por ella, y rasgué mis vestiduras y tomé la oblea que reveló ante mi los planetas y el holocausto sómnico de tu amanecer.

Peinando las mandíbulas de tiburón de tus Barbies





Te estoy haciendo mas fuerte y muchas mas fuentes*con mis sicoloRgías*baratas,*con cada noche que se expande entre el propileo mecánico ambientado con el perfume de tu lunar y tus dominatrices nasales.*Atorméntate con nuestras naves industriales y nuestras napolitanas mocasinestésicas.*

Quiero pegarte puñetazitos en la barriga hasta que vomites flores, y sangres ancianitas, y aunque sea mucho pedir quiero que a veces vomites los sensibles insinceros, y otras veces las untadas tostadas de resquicios de nuestros divinos silencios y nuestros santificados amores de extrarradio, las señales de humo con el incendio de tu corazonada en abono de plantas carnívoras y ángeles con alas de cera acabando la carrera de ingeniería mecánica.

Babosearás el futuro con la misma discordia con la que peinabas las mandíbulas de tiburón de tus Barbies clavadas en el sagitario del portal de mis vísceras de purpurina y en la cascada de la lonja de pescado que tienes en tu astronáutico eyeliner, soñarás con Meliers de cine mudo en tocados de pelo postizo y pelucas con pelo de bigotes de gambas, con todos y cada uno de los icono hitlerianos de tus labios circuncidados conservados en el vacío de las consecuencias finales de la felicidad y las palabras banales de ira incontinente de monjas gitanas en poemas de Lorca.

El cinturón de castidad de mi mentalidad pulmonar





Mi patria es el cinturón de castidad de mi mentalidad pulmonar y los muebles son las sabanas sucias dobladas en tangram, puedes engullir mis temblores o martillar mis trituraciones con tus tacones, esnifar el revolver y las especias medicinales de la archidiócesis de la artemia, mandar un comunicado a todos los arañazos de mis músculos, y despiezarme entre el menú de las 2:30 pm y el de las 9:45 pm, inscribir en tus mentiras que todo estaba encaminado al silicio en el corazón y a la heterodoxa en los tintes de pelo, y con la misma ingratitud convertir a las jinetes que cabalgaban por encima de mi altar en simples definiciones de diccionario, atraviesa las paredes de papel de mi paraguas japonés en caracteres occidentales y escribe con caligrafía binaria ‎la carrera con menos salidas, la de tus medias y la salida con menos medias, la de tu carrera.

De fieras y féretros, lo neceosito todo, los narcóticos, el sexo oral y los muñecos de plastelina… el último salmo samurai, y todas tus listas de bodas con nombres de pitufos, la candidez con la que despachabas a los comensales de tu corazón, descubiertos al cenar y cubiertos cenando.

Déjame equivocarme a tu lado…

10/10/10





Hoy es mi cumpleaños y sólo le pido a mi esquizofrenia que mantenga mis pies fríos como el volcán hundido en mi acuario, que no se piense que aun estoy expectante a que mi corazón se caliente con las tormentas solares de las mandíbulas de mis tortuga, que despierte el aletargado dolor y haga brotar en él mis espejos, que vomite y sueñe las lentas letras enmarcadas en flotadores de los chinos y bragas de la India, que sea el guía con pata de palo y parche en el ojo de los Museos Vaticanos de mis riñones y me haga perderme en la capilla Sixtina de mi hígado, que se ría no sólo de la muerte sino también de todas sus burocracias y roscones de reyes usados de hula hoop, que tatúe en la piel de un cerdo todos los mapas de París, que se tropiece con los domingos de bisturís y sonría al verme sufrir y que me haga ensuciar día si, día también, que me desquicie de la mejor forma posible como un diamante perdido en un pajar.

Que haga ver que no me escucha los días de lluvia y se depile con mis paraguas, que me deje hacer esquí acuático encima de sus pupilas esteladas y que sepa mentir como nadie, solamente le pido a mi esquizofrenia que me deje jugar un rato más con mis juventudes y me haga portador de todas sus lágrimas.

23 años no es demasiado pero son suficientes...

Alicia en el país de las ingles brasileñas





No me canso, no me canso ni siquiera cuando me tropiezo con la luz del azar que entra por las ventanas de la lógica de mis orificios nasales, no me pierdo, no me pierdo ni por el romanticismo, ni por las ganas de huir contigo, me mantengo firme a la convicción de amarte a pesar de mis ganas por componer la olor del sistema de constelaciones que regirán las mareas sentimentales de esta perpetua religión al bestializarnos, y veré en cada esquina de nuestra pesadilla la obsesión de esa soledad compartida en mis espinas, en mis escamas, en el dulce orgullo de ti por ser ella y el sentimiento de triunfo previo de no tenerte, ingenua libre de mi certificado de locura y lejanía.

Hazme sufrir, sólo hazlo, piérdeme la noción de aquel fiel en busca de la continuidad del mito, crucifícame de esa forma tan mental en el bosque de tus deudas como tu solías hacer, de besos consternados y piel desgajada en mandarinas de ocho gajos y mil noches, te quiero de esa forma tan banal que el universo rinde envidiando nuestro amor. De ti, amor.

Noche de surferas oleadas de asesinatos





El futuro nos llegará atado a una balsita escuchando el sonido de la luna al reutilizarse en vegetarianas lunas alienígenas de papel albal, y todo funcionará de pe’z a pa’z, se nos endulzará y lo engulliremos vocalmente, no habrá grandes genios/geranios, ni grandes proezas/poetas, no habrá grandes estrellas/astillas, en que mierda siglo nos tocará reír, donde lo venerado será escatológico e insulso y ahora todo cambiará, las chinchetas y el esparadrapo y las lentes y la bisutería y todo lo que en su día fue heridas de arroz ahora será trigo brotado en las arterias del dolor y aletas/rgado escuchando como punteas las venas usadas de cuerdas de guitarras en pulmones con cajas torácicas, aptitudes y latitudes de seres y enseres entre la maleza embarcada como equipaje de mano en tu cinta lumbar/lunar.

Hazme sufrir lentamente como en una estúpida performance ochentera y lo tragaré todo, la risa y el ritmo de descompresión de mis lentes de contacto en la primera fase de una revista porno, somos dos diagnósticos luchando por salir por el mismo engranaje, no tengas miedos es año lunar y nuestros dos abogados apaciguaran la caída.

Prácticas de ornitología en tu falda





El crimen fue Barcelona y el cuchillo nuestra Granada y ahora sólo quedaba la aliteración de nuestro aliento, la traba y el entramado de poemas de amor.

La fatua recreación de tus besos en mis cofradías de pescadumbres y el tabloide valencianista de nuestra estereotipada relación, tantas ahuyentadas meretristes retorciéndose en la finitud del infinito. Estas eran nuestras parábolas, nuestras paranoias, nuestras parafernalias y nuestras paracaidistas de Septiembre, éramos pasajeros de la misma pesadumbre, del mismo par de psicólogas, erramos el drama sutil de tu y yo, y las clases de piano que nunca recibí, la esquiva interfonía de dos cruceros por el mediterráneo y el sentir de un bastardo bocazas en medio de la tempestad.

Mirando el anochecer de tu mirada, respirando por el pasado que nos vuelva a unir y por el futuro que nos vuelva a separar, aullando a mí ausencia dejaré de asistir a la presencia anatómica de tus cicatrices. Si al extrañarte me olvidas y al olvidarte me extrañas, si al mar le pides alma y al fracaso cama, nota cada plegaria que tatúo en tus pestañas y así, en el amanecer de tus sombras en la cita no prometida, podremos amainar el silencio de tu mirada. Y así en el cielo como en la tierra más líbranos del mar, amén, amén satánico, amén irónico, amén agnóstico, amén amado, amén odiado amén fustigado en tus sienes, amén crucificado en tus pupilas con alfileres.

Aun me quedan labios suficientes como para coronar los 14 ochomiles.

Desabróchame el universo





Éramos sus noches, éramos sus días y el cabello eran tallarines fotovoltáicos que se utilizaban como exoesqueleto y las brujas del oeste eran las maneras deshabitadas y unas barbacoas perdidas en picnics. El mensaje nos llevó a girar en sus lenguas y el interés se hizo perdición, la hiperactividad de sus pulgares y las camisas de rayas blancas y negras, las lecturas descatalogadas del equipo de diseño sexual y las respuestas húmedas en nuestro horizonte, la insolencia del mismo lodo garlanda. Decidí casarnos por el crepusculo civil, ella por el crepusculo nautico. 

El cielo nos abarca, el universo nos cubre, los rayos mis cubiertos, las nubes nuestras cumbres y en el ímpetu del reconocimiento pongo mi locura en barbecho el placer en tu pecho y el deseo es estar en tu lecho. No estaba dispuesta a retroceder en el tiempo y menos por un traidor, siendo múltiples seseos de serpientes de cascabel aleatorios en la mente de soldaditos de plomo derretidos por tus pestañas, mis lágrimas en cambio eran como el cometa Halley pasaban una vez cada 75 años, y si te vas seré como la muerte de Walt Disney que todo el mundo pensará que estoy congelada y en realidad seré cenizas, cerré la historia con tres puntos suspensivos y un punto final y ese 4 punto de mentiras se cayó al suelo rompiéndose en mil verdades.

Se agachó para tocar el cielo y la puñetera verdad se hizo dolor, dolor bajo cero que congeló su corazón, para luego ser despedazado por águilas con picahielos en el pico, una jungla de mentiras eso fue lo que hizo conmigo pero no sabia si era solo conmigo o con su cerebelo rebosante de niñez, tantas barquitas transformadas en coágulos de sangre que taponaban mi nariz, ella me mintió se montó su vida basada en una película de Baz Luhrman y tradujo todo el amor teenager en una masacre en Texas, ¿Qué era lo que había echo mal?, ¿Cual era el significado de la palabra inmadurez?, ¿Cuantas promesas lanzadas como un barco de papel que navega por el borde de la acera en un día de lluvia para acabar en una rendija de alcantarilla?, este era el sueño de una locura, la gran comparecencia de la vida tanto tiempo tratando de ser especial y sencillamente era un títere de su maldito “vive el momento”, el calor se hacía insoportable como cada uno de sus besos bajo la luna llena y éramos incoloros, insaboros, insensato eclipse de fe en ella que me deslumbró, cegándome para siempre, caminando como un faquir por encima de las ascuas de corazones calcinados.

Juego con ventaja y vendaje





Siembra tu corte en el filo de una raspa de hielo empedernido y hiedra destripada. Placidez encadenada al fuego, la lenta antonomasia de la fiebre empastada a la locura descarrilada de la vagoneta espacial. Amarte, odiarse o arrojarle al cantil, conquistar las sangres transgénicas, piérdeme, picasiana razón, tripulación de ardiente polvareda de amor. Soldados que utilizan corazones de esponja, pequeñas pasiones entre el pescado de las lonjas de plantas nenúfares y contrabajos neurales de sobriedad bautizadas en aguas termales. Cloroformo en sus poros y ballestas en sus miradas flechas que carecían de firmeza en las batallas.

Y si, es por ti que mis colmillos de leche sangran, como los grilletes que me atan al juego sutil de tu mirar, de cielo e infierno sutilmente empastado en mis caries. No puedo morder tus sentimientos, solo el sonido de mi pasión, al unísono que tu despejas la única incógnita de mi ser, mi amor por usted. Amarga de Amar de Mar… absórbeme como un frío helado y congela mi cerebro, tan frío… aix… que gustico atercipoledado de hielo en un verano invernal acompañado de tus labios. Un Dios que escupa fuego por tan noble voluntad, unos ángeles encasquillados en pistolas de cascabeles, rezuma el irremediable faro a lo lejos de mi cerebro, a los barcos del corazón que se guían por su destello.

Vivencias ovovivíparas





Hay veces que deseamos perfectamente un fracaso en la baba que deja un caracol, sin embargo chupamos los irreverentes envoltorios y los sobres de medicamentos al acabar la madrugada, el amor se equivocó de fecha de suicidio, los ladridos se oían de fondo y el agua escalaba las paredes en humedades y humedales que formaban ciclos de gusanos de seda con la seda neuronal de nuestro colapso en todas las sucursales bancarias en las que nos habíamos besado, de todos los síntomas anecdóticos de nuestro musgo en el portal de Belén aquellos paracaidistas con patas de alfileres que se clavaban en mi vuduártico corazón fueron los que hicieron transformar el tomillo en albahaca, se ocultó el brazo con el encaje de mi romería japonesa, las primeras y las últimas preguntas depuradas al melancolioso campo de espárragos, acabe diciendole: Esta montaña es un iceberg... ahh no, es mi corazón….

¿Que era atractivo, que era vegetal? Todas las insolaciones, los disturbios, las distribuidoras, los peces menstruales de su vanagloriosa voluntad al quererme, todo era la herencia de un desencanto, la esperaba en el parque de las elites desencantadas, pero nunca llegó su voluntad. Todo se repetía, una y otra vez, todo era espiritismo y buenos modales... ahora... a su lado me sentía tan frágil que los pelos de su perro que quedaban en mi abrigo se me clavaban en el alma, como si de estacas de mi cruz se tratase.

Después de una noche IN-Creíble, un despertar a las 5 PM.I de resaca ética.- LEMA DEL DÍA: "Vive libre, muere joven y pierde todos los valores"

Reflejos imperfectos de la infelicidad mural





Jugar a badminton con los cadáveres, reconocer los demonios de tu exorcizada mirada y a la cuarta esencia de tu piel mis picaduras de mosquitos se harán un bolero. Pero como coño voy a amarte, si estás en un tratado de Manstrich escrito en braile japonés. Charlas astronómicas, cifras lunáticas - cifras astronómicas, charlas lunáticas. Descendió del cielo como una gota de lluvia pero era un paraguas cubierto con papel de plata dentro de un microondas.

Le dije:

— Me gustaría estar sentado contigo, sentado en el borde de una crêpe gigante y esa crêpe a su vez girará balanceándose, y en el cielo habrá una cúpula, pero será de chocolate, y las estrellas serán solo pequeños agujeros en el chocolate que dejarán pasar la luz y yo te estaré dando la mano y tu sonreirás y esa crêpe flotará encima de las aguas como un nenúfar y abajo nadando habrá peces koi que bordearán nuestros pies y yo te diré que tengo miedo de que me muerdan y los esconderé, luego te susurré algo al oído, pero no recordaré exactamente que, y de fondo habrá una gramola que tocará música de los años 20, también habrá ardillas pero serán de plástico, como los pájaros que estarán encima de los árboles y tu piel brillará con la luz de la luna, que será una luna normal, pero estará sostenida por varios cables de hilo dental con olor mentolado y también en el agua habrá ratones pero llevarán trajes de buzo y jugarán a las cartas y las luces irán cambiando, olerá como a gasolinera pero con un toque de amapola y a cada hora una semilla de diente de león pasará delante nuestro para poder pedir un deseo, tendrás las pupilas dilatadísimas y te humedecerás los labios esperando tu redención.

Lujuria Braquiocefalichospitalaria





Mi casa será el numero 13 de alguna avenida con las calles asfaltadas de estropajos y las aceras serán terciopelo empapado en sangre virginal, mi casa tendrá como repartidores de periódicos las nubes de azúcar de las tormentas boreales y un pastor alemán de porcelana en la entrada con glíptica molecular, mi casa esquivará los rayos del sol en espiral, dejando entrar a la luna por una cristalera en el techo de mi habitación o por un rosetón con osos polares disfrazados de pavos reales, el papel pintado de las paredes estará pegado con las lagrimas y la sudor de todas las que cayeron en el intento al enchufar el lápiz de labios, mi casa será un garabato de un niño ciego, tendrá puertas, ventanas y escafandras y fieras y fieros. Habrá zonas bélicas y zonas de paz, el frío sólo nos envidiará, legumbres germinadas los días impares, en el lavabo una cascada de profilácticos con cubitos de hielo y lagartijas y camaleones de pan de oro, en los techos pianos de juguete y xilófonos de porexpán en mi sienes, en mi casa mis hijos serán geranios y mis hijas amapolas cultivadas fuera de temporada, y en la puerta un cartel que ponga: ECOSISTEMA TRIUNFAL.

Ni queso roquefort, ni platos de ducha eléctricos, ni leyes gravitacionales, nada de mecánica orgánica, ni física quántica, ni torres de vigilancia. Mi casa será la luz que emane del retrovisor de mi cuarto accidente en el faro de tus pies, será la envidia de los astronautas con un jardín con estrellas y un cielo con césped, mi casa será un bucle atemporal y tendrá debajo un cementerio Maya de botes de Ketchup y zombies orientales, mi casa será mi piel y las paredes maestras tentáculos de marfil, mi casa será una bonita equivocación pero tan sutil que parezca la perfección, esa será mi humilde casa... la eternidad hospitalaria del bohemio entre paraguas.

Carta a un beso submarino





Siento lo que escribo por eso me lamento sentado en mis propias letras escribiendo lo que quizás, quizás, quizás… sienta, pero sin lugar a duda el lamento está sentado en ellas y es ese peso el que me oprime mi muñeca al escribirlas. No siento que te he perdido, ni busco justificaciones del por qué no estás ahora abrazándome mis papilas, mis pupilas. Te marchaste, porque eres libre y lo mejor de todo ahora SIENTO y eso es importante, mi corazón había saltado por los aires y tu lo has cultivado en la playa de tus caderas, ahora que te has ido volverá a latir mas fuerte e inconstante que nunca, mi cerebro continua con los mismos miedos, colisiones y confusiones, pero eso otra ya lo arreglará. La felicidad es ese verdadero paradigma del placer y el amor, ahora que no estás soy un poco menos feliz y un poco mas feliz, hay ideas que se pierden en lo que entendemos como felicidad y en lo que entendemos como necesidad, nadie nos pertenece, ni tan siquiera nosotros mismos, dicen que la realidad es frívola y que no caben los sentimientos, contigo he aprendido a apreciar el amor y creo que me hubiese gustado atreverme a ser un gran novio de esos protectores de los cuentos occidentales, pero ya sabes que yo soy mas de cuentos chinos… AMOR.

Ya sabes que mis miedos me hacen ser infeliz, un cobarde, al menos creo que eres una gran persona, creo que has sido la gran musa que he buscado y difícilmente volveré a encontrar a alguien que me llene como tu, han sido muchas coincidencias las que han echo que te quisiera y ahora sin lugar a dudas me doy cuenta que te he amado, que te amo y que te amaré. Por ti, por ti, por ti… me he alimentado de tus palabras, de tus besos, de tus miradas, de tus sonrisas y hasta dentro de mucho tiempo viviré con el recuerdo de poder seguir a tu lado, aunque estés con otro hombre, el infinito como tu dices, el infinito para mi ha sido tu manera de abrazarme, así que he tenido muchos infinitos y creo que por inercia aun me quedan por vivir muchos mas, creo que ya no tengo miedo a nada físico, creo que haberte perdido ha sido lo mas lindo que me pudiera pasar, tu tienes doce mil escritores a la vuelta de la esquina, doce mil tíos mejores que yo detrás, pero yo nunca mas encontraré una flor tan metafórica como la tuya, es triste, losé, todo es una mierda, pero es lo que hay, me hubiese encantado compartir mi locura el resto de mi vida contigo, pero los caminos y los destinos se separan, ahora serás un poco mas libre, acuérdate del viejo Cristopher cuando seas feliz. No puedo luchar contra lo que siento pero prometo cuidar lo que me has dejado dentro de mi arlequinado corazón. Hemos tenido la luna de testigos muchas veces y se que cada vez que la veas, estés donde estés, te acordaras de mi y de mi estupidez por haberte dejado volar, pero tu eres libre y siempre lo serás.

Sufriré, sufriré, sufriré… pero sabía a lo que me arriesgaba si te pedía perdón, aun así no me arrepiento de haberme dejado apuñalar por tus pestañas. Me hubiese gustado no tener que escribir esta carta, pero yo fui el que te dio un beso subacuático y es por ello que te dejo esta carta dentro de una botella engullida por una ballena debajo de tu almohada, se que eres la mujer constelación y que no te olvidarás de nuestras promesas. Aquí siempre vas a tener un paraguas y siempre correrás de mi mano bajo la lluvia por la carretera y frente a los ojos de los conductores, hemos sido un beso submarino y solo el agua ha sido el cómplice en nuestro naufragio, si alguna vez decides volver guardo un bote de Ketchup en la nevera.

De W a K y de K a W





Ser el temple y mantener la prorroga de una alucinación es dificil sobretodo cuando la identidad está tan lastimada como la cordura, asi pues cambio la W por la K porque soy mas vertical que horizontal.

Se agachó para tocar el cielo y la pueñetera verdad se hizo dolor dolor bajo cero que congeló su corazón para luego ser despedazado por águilas con picallelos en el pico, una jungla de mentiras eso fue lo que hizo conmigo pero no sabia si era solo conmigo o con su cerebelo rebosante de niñez, tantas barquitas transformadas en coagulos de sangre que taponaban mi nariz, ella me mintió se monto su vida basada en una pelicula de Baz Luhrman y tradujo todo el amor teenager en una masacre en Texas, que era lo que había echo mal, cual era el significado de la palabra inmadurez, cuantas promesas lanzadas como un barco de papel que navega por el borde de la acera en un dia de lluvia para acabar en una rendija de alcantarilla, este era el sueño de una locura, la gran comparescencia de la vida tanto tiempo tratando de ser especial y sencillamente era un titere de su maldito “vive el momento”, el calor se hacía insoportable como cada uno de sus besos bajo la luna llena y eramos incoloros, insaboros, insensato eclipse de fe en ella que me deslumbró, cegandome para siempre, caminando como un faquir por encima de las ascuas de corazones calcinados.

Pero que le follen a los imbeciles, el mundo es humano por ello solo hay que poner los sentimientos en orbita y relajarse para que las elipticas formen corazones intercontinentales, acabé paseando por un cementerio que tenia lapidas de caramelo y entre las flores de chocolate y los cirios de bizcocho repetía una y otra vez, eres un drama constante, ¿que tal están tus constantes?

*Esnifando tus manos heladas en una noche polar de 28 grados tu eres una comisura desmedida que te apetece oy *tartamudear frente al eclipse*lunar *o ver series manga*de los años 80 si sucumbo perdere mi verdad morire entre las sabanas y pensare que soy el conejo de alicia por el resto de mi vida si te va a dar una insolacion radial los huesos *y los tendones *las venas *y los conductos *nasales *tu ira y tu vanidad *TODO *todo dame la voluntad *solo*la voluntad dale*localizame*el estereotipo ganar *es de perdedores *yo oy solo queria *echarte de menos*no ganar no puedo ser pasado porque nunca fui futuro *solo soy un presente indefinido que se perpetuara infinitamente*en un mismo bucle*que no pasara*del mero*simple echo de ser*un presente*repitiendose *por siempre

Nosotros éramos los huesos y ellas las carnes





Las estrellas que supuran versos infinitos de luz artificial irradian procesiones de amor, rosas verdes, sol, luna y besos en espiral y yo, maldito en las galaxias perdidas dentro de los sarcófagos de Orión. Mis noches piden al cielo que desabrochen astros en tu falda crepuscular y hay desastres entre el cuello de mi broche bioquímico y el lodo marciano que se escuda en tu coche. Que tu sueño se diafane, quiero verte mas latir y menos sentir. Pensamientos remunerados y planetas en un huracán de polvo cósmico y vientre extraterrestrial.

Para que amplíen nuestras cuerdas entre el viento solar, solo yo se como atarte los zapatos con la leche de la Vía Láctea, nosotros éramos los huesos y ellas las carnes y juntos somos las luces intermitentes casadas con los elementos espaciales que practican escenificando alunizajes de alucinados átomos destruidos y física quántica encapsulada en cápsulas de alta gama y los dramas en elípticas irregulares flotando por cosas humanas. He visto amanecer en nebulosas de Paris, asteroides, meteoritos avanzando por nuestra integridad y mis palabras orbitando en engranajes de plástico, en marionetas interestelares y noches de celofán y el polvo y las carnes cósmicas yacen por vez primera en la soledad intergalaxial, Intertemporal, interespacial.

Las microondas de las lenguas de fuego de nuestras lágrimas son nuestros miedos al Pireo y al Canigó, es el hielo en cráteres de relatividad general y el cielo de metileno, asi que no te asustes porque los ojos que nos miran son telescopios de juguete que observan nuestra magnanimidad porque juntos somos Titanes sin embargo un día fuimos huesos y carnes, tendones, discusiones e infinito y mi amor una implosión cósmica, cultivando Hubbles en el desván y bebiendo de Marte y notando las penas en quarks, en mi protogalaxia laboral, harto de hipótesis descabelladas. Nosotros éramos los huesos y ellas las carnes que inundaban mis sonrisas chocadas en el acelerador de partituras de Suiza.

En vasos de anisotropía y café cortado cósmico, no me desflores porque solo quiera hidrógeno y simetría, neutrinos, teoremas, leyes y algoritmos que me expliquen porque ya no estás, porque solo queda materia muerta interestelar en mi habitación y las constelaciones son chinchetas que me apuñalan al despertar, que yo me había perdido en el agujero negro de mi soledad universal, que aunque no me quieras tengo una supernova en el corazón y me lamento al pensar en el efecto solar de tu indisponibilidad, así que mantendré las constantes Cosmológicas de mi desamparo en el calendario, con la chica del mes, satélites enfrentados en corazones bautizados en universos paralelos de cuando nosotros éramos los huesos y ellas las carnes.

Oxigenaré por siempre jamás el deseo impoluto de verte feliz lejos de mí.

Para Anabel

La ablación de las constelaciones




"Durante los próximos meses estaré totalmente centrado en mi segunda obra literaria {LA ABLACIÓN DE LAS CONSTELACIONES} encerrado en mi casa de Berna, por ello tardaré mas tiempo en actualizar los post, disculpadme por no ser Dios..."


Como compensación os adelanto un trozo.-


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El agua planning de su cintura marcaría la primera guerra civil de sus neuronas y el encuentro de mi pesadilla, un submarinista muerto en una playa nudista, la diferenciación entre la gente borracha y la gente muerta era ínfima, desparramados los cubitos de su Martini dry en un iceberg, que se duerma nuestra noche en la fría luna cósmica del olvido, las croquetas de mi madre no estaban en el país de las maravillas a eso se debió su vuelta. Ser un genio y mantener el universo equilibrado es incompatible, el cuerpo de una mujer virgen es como la hoja de una endivia sin la anchoa, mi gran mensaje de defunción: mueran jóvenes.

La metaguarida de su idiotez era la cronología desvarajustada de mi deseo por conquistarla, un pequeño blade runner incrustado en una pared de azucar glasé, no marqueis a fuego lento con la erradura vuestro universo.

*Quiero que alguien me llame desde alguna estación espacial de renfe y que la comunicación sea con esos ruidos raros que hay en ese tipo de conversaciones telefónicas.

Y entre los acordes en desacuerdo de Leonard Cohen mantenía mis ojos cerrados, escuchando el eco de las conversaciones que resonaban en su boca y utilizaba mi lengua como si fuera mis dedos para palpar a modo de ciego todas mis iras escritas en braile en su campanilla.

Y un par de veces las habíamos encontrado entre tantas historias de cuna y pequeños sueños pequeños teleféricos que se encontraban entre nuestros sacrificios. Ella nunca dijo que yo fuese su dulce tragedia y no se pudieron escuchar mas lentitudes porque sus lágrimas eran el barniz de mis cosquillas una tormenta en un vaso de agua un tiranosaurio perdido entre tomates cherry.

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Y es que me enervo entre ciervos. Se desvelaba con la lencería hipocondriaca de Andromaca. Solo estoy esperando a que se calle el universo. Cinco años de intolerancia a la lactosa y ahora me ha tocado enamorarme por vía láctea.

Últimamente confundo el despecho con el desprecio, en la primera porque aparece la palabra pecho, en la segunda la palabra precio y yo nunca fui sexualmente capitalista.

El sexo es un pequeño espinario reblandecido.

Creo que nunca hemos lacrimocongeniado tan bien.

Escribo con el diamante sobre el resquebrajado espejo de mi desprecio las ablaciones extirpadas de las constelaciones, que le peten al amor, que le peten al sexo, que le peten a la reflexión y a todos ellos y a todas ellas… Jamás seréis las voluntades cognitivas de mi selenocéntria, estoy arto de las llamadas desde Casiopea… Mis b/ve"r"sos repetidos en farmacorgias branquiales solo son las cadenas de ADN que sustentan el perchero con mis abrigos de invierno, todo está compensado ahora, no era mi despecho el que guiaba mi moral sino la ortografía de mi plutonomía sentimental.

La lamida baba de la esperanza ya no se sostenía en su despecho. Y el horizonte era un terraplén de pólvora lunar en la que se podía leer: ya has llegado a la felicidad, enciende la mecha.

Odiada e hipocondríaca vivencia costumbrista, ante mi me postro en un olvidado segundo para desvanecerme en un susurro apostrofado en tu oído, cuan ligera fue tu primavida, que pesado y largo tu invernadero de palomas.




{LA ABLACIÓN DE LAS CONSTELACIONES}


Sie Kikinshka

A veces noto que he perdido notar que te he perdido





A veces conseguía el universo, otras simplemente me dejaba llevar… Estaba escribiendo nuestra noche rodeado de nuestro liderazgo, rodeado de nuestro universo y nuestra absenta y nuestro contrabajo y enalteciendo el guante unicelular perdido en nuestro a veces.

La flauta traviesa perpetró el latir de la noche, saboreando su inquilino; el oceánico índico, en las pulsaciones de mi borrachera. La noche perfecta en un Red Bull, llamadas telefónicas entre los parlamentos de sus labios, los diamantes de su perla incrustados en el Casio de 5 euros de su muñeca, Casio de plástico negro que afrontaba el Casio dorado atormentado entre cojines rellenos de mus de chocolate y plumas de limón.

Una media luz alucinógena que escondía nuestro pasado, la crisálida oculta en el reloj de arena, la incoherencia de la simbología de nuestras maneras de averiguar nuestros suicidios, su pértiga entre el maíz y las desarticuladas siluetas entre el jazz de rincones centimomentales, céntimos y mas céntimos y cortinillAs y la tarde entre tardes y la noche entre madrugadas y las madrugadas entre miradas y las miradas en devociones de cárceles emocionales que se hablaban entre silencios y carmín. Los latidos de nuestra separáfrasis que no correspondían a nuestra juventud se repetían en el paladar de su cuerpo y se perdió en la riña, se perdió en todas y cada una de sus ágoras, se perdió para siempre en un viaje a la periferia de las noches polarizadas.

A veces noto que he perdido notar que te he perdido, pero mañana yo seré un beso y tu un recuerdo clitemnestrado en un mariposario.

Un beso alveolar en tu cítara





Voy a esperar a que mis lágrimas goteen por tus colmillos ese privilegio es la sensatez en tu pelo. Demuéstrame las razones de los huertos de tus lagrimales, la historia de la niña y la tecla de ordenador. Un beso alveolar en tu cítara para que no olvides mis avestruces, para que no olvides que el tiempo ha sido viento y las puertas latitudes. No cuestiones nuestra universalidad matinal y concreta tus deseos a la simplicidad del verso, entre clemátides y farolas abrochadas al techo de mi habitación. Que la historia viaje como el láser que corrige mis dioptrías sexuales y el templo de la noche se defenestre en un Petite Suisse.

He sido la carencia de la autoflagelación en la demora de mi opción gaganista, 1 año enamorado de mi última novia, la ludopatía. No importa si has perdido el rito, ni el rifle de perlas que lamentaba mi defunción, podremos volar en la alfombra hecha con el páncreas de mi libertad aunque este siga encadenado a una lechuga de silicona.

El pleistoceno en tus nudillos, el mapa del tesoro en el velo de tu paladar, piscinas de turbantes en los domingos coronarios de bed & breakfast holandeses, el cuento de suburbanas nubes de peinetas en calderilla. Te sentías placiente nadando entre desvirtualizadas noches entre cronópios pintados de alfajores, entre canales, entre sus orificios, entre sus clases de amor, entre su crecimiento. En un golpe de estado en su corazón…

La conjetura ₩iedersione*





Los mejores triunfos son de barcos a la deriva, los mejores contratos empiezan desabrochando el botón de la blusa, los mejores recuerdos son hemofílicos, los mejores desconocidos son los que nunca mas vas a volver a amar, las mejores paradojas se producen los miércoles por la tarde, las mejores tragedias son las que empiezan con un perdón, los mejores amigos siempre mienten para que le sigas pagando el café, las mejores heridas están bajo llave, las mejores deslices son las de avionetas, los mejores corazones no sobreviven al primer flechazo, los mejores poblados son los asentamientos romanos en tu vientre, los mejores pañuelos hacen de soga, las mejores trenzas hacen de correa de perra, las mejores noches son las árticas, los mejores polvos son los que dices te quiero a un desconocido, las mejores citas son las primeras, las mejores reglas son las que empiezan con un test de embarazo.

Los mejores infartos son los que empiezan con una armonía, las mejores multas de tráfico son las sentimentalistas, los mejores sarpullidos se tienen en el corazón, los mejores metros cuadrados se miden con un reloj de arena, los mejores contrarios son los opuestos, las mejores religiones empiezan cuando vendes a Dios por 14 peniques, las mejores historias de amor son aquellas que se vuelven a encontrar, los mejores actos de terrorismo se hacen en la cama, los mejores fracaso se tienen en menos de 5 metros cuadrados, las mejores estrategias son las improvisada y las mejores humildades empiezan con el YO y acaban en un TU.

Por los momentos que mas nos solían encontrar, por los que no se podían controlar, por las utopías que se habían encontrado, por los ideales irracionales, por los diafragmas perdidos en el latido de nuestros cartílagos de tiburón.

El chico de las gafas rojas a la chica de pervivencia con leones:
— Si no fueras clitoriana, al menos, te querría.
La chica:
— Nuestra primera metáfora podría ser vernos.
El chico:
— Grítame un susurro incondicional de odio… amor.

San Valentín... Que te jodan, maldito amor ludopático!





Unas emociones de arrogancia y defunción en los momentos que habían quedado subordinados en rastrojos culinarios e interioristas, como los sonidos que tanto nos arremolinaban, una catarsis de momentos, más que los que nos habían premonizado.

Té casual que hizo posibles esos encontronazos, unas ideologías de mazapán que apartaron las opiniones en perturbaciones pendulares, mucho mas normal de lo que pudiera desear y de que estaba enamorado de todas las virtudes, del equilibrio, una mordaza encima de la expectación del circo del sol y continuaba en el ligamento del liguero de mi frustración.

Se dejó que lo neutral e impávido continuara mortuoriamente ascendiendo entre sus intervenciones y el amor había acabado, siendo el desamor una de sus religiones, separó amarme aptamente de la perdida de su Almax, pero mi habitación contigua no podía ser la que ella quisiera, arto de amor, de su ecléctica inherente, de la L, del sol y de leo. Reconociblemente invencible, la amaba, pero su único Tokio era mi desesperación, promedios y neurismos, se permitió perderse miles de veces tantas como su orgullo redomado, uno de tantos congelados, le pudiera servir.

Las temporadas le pudieron ofrecer en el nervio vago de mi claustro varias rociadas abultaciones, EE. Incitando medias leonas atascadas en el lavabo y unas muertes entre felicidades de relaciones incapaces en atmósferas de yo uno de tantos feligreses, una de tantas, una de tantas, que no dejaron las estrellas fugaces en mi pleitesía, que no puedo desdicharme, que ella era un ideal, que no podía volver a sentir todo. Y Aldrin en el espacio en la amoralidad de todo, permanecía en su lejanía en una aleta de foca o en un San Valentín oftalmológico.

La teogonía agonizante de un corazón de ajenjo





Y sus espejos eran las gotas de aquella princesa bogavante sentada en el columpio de mi ballesta encontrando sus buenos entresijos, su disfraz de huida hacia los manantiales de imperdibles subordinados al gran suspiro patriarcal de su melancolía, irrespetuosas ruborizaciones en guías telefónicas y anchos valles acondicionados de cojines, era merecedora del tiempo y la proporción de sus miles de vasos sanguíneos, significantes significados encontrados en el alacena de mitras y corazonadas y desdiplomadas isosílabas sexuales. Era el dañado sopesar de iglesias incendiadas, la absenta de mi corazón de litro y medio, pertenecía a mis respetos, merecía mi bendición, necesitaba el cobijo de su tediosidad y que su ira fuese mi única ironía.

Y éramos las primeras veces en los abismos encontrados, y ni la plata, ni el oro habían sido el sacrificio de todo lo normal, de la buena raZÓn, del fin de la eternidad, del ministerio de la bondad. Unos primeros encintéis muchos más que los que nos correspondían y esto era lo que mas nos habían contado, éramos lo que habíamos perdido, unas sinrazones en teclados de español, unos cualquiera, entrecomillados y todas sus millones de temperaturas encintadas, hicieron posibles nuestras lunas, presbiterio de lo oral, hicieron sus meriendas en pequeños pleonasmos de neutralidad, una necesidad finita, una ideología de un ideal, el amor de la clepsidra, una neutralidad mucosa neural que la diferenciaba, pero no una virtud incompleta, ni un atardecer.

La chica de pervivencia con leones, dijo:
—Por fin eres un hombre.
El chico de las gafas en espiral, respondió:
— Es muy difícil conseguir ser un hombre y más cuando toda la vida has sido una frambuesa.
La chica:
— ¿Entonces que eres?
El chico de las gafas en espiral:
—Un ombligo, todo en esta vida es como un ombligo, las calles, la gente, la manera de odiar.
La chica:
—Te contradices continuamente.
El chico de las gafas en espiral, respondió:
—Las contradicciones son como los orgasmos, pero aun no se el porqué…

La métrica de echar un buen polvo





Y aun solíamos interpretar la mayor tragedia de todos los tiempos, una de tantas…

Penetraciones como naturalidades desvanecidas, asexuadas benevolencias en sus nalgas redentoras. La matriz de mis desavenencias en sus pechos deshilvanados por espiritistas y antologías… tantos crupieres en la cama como latigazos y mordiscos en las urnas descosidas de su perfume, fechorías plenipotenciarias, un sweetcase desmaterializable que conmemoraba la tragedia sexual de nuestra contingencia adolescente.

Adúlanos y conseguirán, premenstruales de cera caliente arrancando mis desvelares y un par de miradas de loba sin ojos ni acrotera, así pues un nuevos Tempelhoft interombligal desparramado y disparatado en una diáspora consensuada… un laberinto correctivo de látex y militares ganancias de atún con leche entre colchones y corchetas, con botones de fluorita en la autopista de su clítoris. La pervivencia del anticristo en sus rebentores labios, hablando como el monstruo de las galletas de carne que tanto me aterraba y sus polvos mágicos interraciales reconstruidos en ella.

Sus engañillos y mentiras en la cama y cada noche otros y otro… mas tenientes de una milicia de glandes, unitaria en revoluciones de cleptomanía sexual y corales infantiles despeinadas, tantos orgasmos de lo sublime se transformaron en lo suicidable, la divinidad animaversal de lo metasexy, personajes de alta costura entre pezones y teleféricos en itinerario. Del poeta de las economías a una depravación de espaldas en siglos XXX, la instucionalización del placer entre piernas y estrellas cóncavas, un panteísmo de miembros viriles y copulativos perfiles transitivos, la excusa perfecta del bohemio, la infinitud del follar, el perllogamientos de las corrientes empirista de uñas arando espaldas, detestando los placeres veniales, las vicisitudes de la sede en el monte de Venus y mis pelos penetrando sus poros, todo ello en una caja de barajas usadas y bestias salvajes mal podadas, una teoría teológica para cada uno de sus prejuicios, barcos de papel encolerizados y sumerios subordinados de las cosas deformes.

Y luego el crepúsculo de sus caderas filtrándose entre mis hormonas, sacando la bestia desvestida desprendida de la erectitud de mi rosario, desposeídas las altas bóvedas de espejos… deseos lacios entre nuestras lenguas, la atracción de dos cadáveres desnudos entre rocas amenazantes y entre todo el puterío dimensiones expandidas, el expolio de lo elucubrado, un escapista de placer en los primeros polvos matinales de todo lo que nos decían, por las veces y a su vez, los primeros días que encontramos como las primeras ideologías de una manera mucho mas mordaz de ser.

Abogados y mordisquitos en la yugular y una consecución de percusiones anales que se mantuvieron en la retaguardia, con el día, sus interpretaciones. Despatúrrales y acabarán convirtiéndose en un leve letargo de pan mojado en aceite y jugo de cerezas y entre su mirada una cierta entereza de discapacidades, todas ellas relacionadas con mi piel, tantas consecuciones, tantas divagaciones de café con leche todos múltiples de diez.

Todos y cada uno de los cuales fueron todos y nadie debía comerle el alma, ni lamerle lo primordial, porque utilizaba su misterio para abaratar costos y así hicimos las revoluciones demostraciones correctivas en afterhours vaginales, mil nomenclaturas educadas que se mantenían en sus ramilletes, una por cada clase de ambiente y tratábamos de nacer en cada empujón de frío y ella trataba de erizar mis instestinos en cada empujón de calor, todo tatuado en la métrica del follar, todo encauzado en la métrica de hacer el amor en la catedral de tu vientre.

Os de loba Asexyone

Azul de metileno para simulacros de emergencia





El simulacrimógeno de una esencia de cómo la causalidad mató la esperanza. ¿Que se siente cuando lo sientes todo? Aquí sentado en la primera fila de la estación esperando el inicio de la opera, la apertura glíptica de trombones corazones y tubas, el todo de ganar una mamada de inquietud, de notar la escuela de lo integral y su acrílico desvanecido amor.
Tal ves si, tal vez no…


Este año tenía la perfecta coordenada en una curva anestésica de abrazos acróbatas, nada podía fallar si calculaba la curva por el punto medio donde se cruzan todas las líneas y allí donde la nada y el todo residen encontrar un lugar donde re+posar y re+pasar mi vida. Tal vez si, tal vez no, dentro de lo que cabe, y en lo que cabe, "Dentro" me adentré en la primera circunvalación con destino a ninguna parte, como un pozo en el que se cae y te arrastra al hemisferio norte sin previo aviso, congelando la corteza de las uñas de los pies que sobresale en los calcetines, y dejar una ventanilla de tripas corazón para dejar entrar las hormigas de pies helados. Recorriendo cada recoveco de mi oxidada anatomía, recordando que el metal es más frío cuando el termómetro señala los 15 grados bajo cero.

Así encontré en la circunvalación de la calle "no me acuerdo" un sombrero perdido de olor "casi ni me acuerdo" y de ojos..."no me quiero acordar". El ventrículo izquierdo que no sabe matemáticas contaba cada uno de tus pestañeos, cada uno de tus arrebatadores pestañeos con los que solíamos cambiar el mundo del uno al otro. Yo recordaba sus prematuros abrazos en los que sus pezones sacudían mis entrañas en abrazos, recordaba sus agudos sonidos cuando me desvestía en probadores de niños y sobre todo recordaba el día que descubrí que todos los destellos que reflejaban sus dedos tocando el piano se habían convertido en las sombras de todo aquello que antes era luz.

Yo seguía siendo el mismo un figurante de dos patas bajo un sol aterrador, ni luz, ni sombras, era yo, tal vez sí, tal vez no, sin más, ni menos.
El sombrero sin contenerse movió sus dedos para tocar una nueva melodía de su sordomudo piano:
—Do, re, re, re, re, re, re,
mi, mi, mi, mi, mi, mi
mi, mi, mi
mi, mi
mi


El chico de las gafas roja, dijo:
—Si en 48 horas no encuentro al amor de mi vida me suicido


“12 horas después se había encontrado con su ex…”

Carta de suicidio a los reyes magos





Permaneciendo como el tépalo indefectible de vuestras miradas, de practicar la devoción urbanita al amor y siendo el psicotrópico fluir de la necesidad, escribo desde lo más profundo de mi corazón criselefantino hasta los primeros atardeceres arlequinados en la tierra, a ese iluso que mira cabizbajo las estrellas.

He sido el futuro del hambre y la razón descuartizada de mis ideales manufacturados, nadie podrá entender el por qué de mi egotismo, ni de mis gafas Ray Ban Wayfarer, pero la estética nos hará corrosivamente libres. Encontré las versiones lite de los momentos sufridos, la benevolencia de mis plegarias, la inutilidad de mi racionalismo, todo seguía para mantenerse estancado en las paráfrasis marcadas, encontré la necesidad desprendida de su pelo y un par de simplismos que cambiar.

Entre el éxtasis del bien y las ganas del mal en la periferia de la locura, encontré todo lo que necesité en este lugar y con un poco de suerte me di cuenta que seguí siendo ese chico de las gafas rojas. Tengo todo lo que estuvo en mi mano y lo peor de todo en esa mano estuvo escrito el tutorial de mi vida, un drama epopéyico, ese papel que la vida me ha imputado presuntamente. Recapitulo y luego pienso y deshago trenzas con las raíces de plantas, esas hazañas conseguidas entre absentas. Permanecer no es tan sencillo si te enamoras cada cinco minutos, pues cada cinco minutos hay un desamor. Ahora volveré a mi diván con traumatismos acariciados en la vertebras del alma y una bonita relación natural con todo lo afín a mi necesidad. Nunca fui una estrella pues siempre fui un corazón, tampoco he sido un hombre sino un personaje de ficción muy retro o incluso todo lo que la gente ha querido que fuese, creo que lo prefiero, siempre vosotros, varios miles de muchedumbres costumbristas que se escapan al tiempo.

Que las nubes no nublen los tapices construidos con mentiras, no tratéis el lamento de los imbéciles o os dejará sordos y no oiréis los acordes de las esperanza, seguiréis adelante, y es una orden, ahora sin mí, tenéis el mundo en vuestras metáforas todo lo demás no es mas que una simple correspondencia, un simple tramite que realizar, ahora tenéis la oportunidad de conoceros, ya son mas de las doce y media y no sabréis que tipo de inteligencia tenéis, volver a encuadrar el cardumen y seré lo necesario y sus sucesivas noches, no encontrareis razón pero con el tiempo lo entenderéis, inestables en la vida pero no todo lo perdido.

Aferrarse a todo lo demás es la esperanza de pormenores es esa necesidad de enfocarlo todo a través del caleidoscopio de la mente para renovar la infinitud y recuperarlo todo al 13 negro.

A Maria, cuida de mis jaulas, cuida de mis nervios... te quiero.-

Creo que todo en mi vida ha sido raro, menos la muerte que ha sido como la de todos.