Tormento estival



Que significa querer cuando te tengo, cuando estoy contigo pierden el sentido todas las palabras, vi llorar la sombra de mi pena, en el sillón del juicio final, y de ver su llanto llora hasta la propia condena, llora todo menos nuestro mar. Y es que duele tan adentro que ni escarbando se puede llegar. ¡Ay! que ilusos los pardales que a mi corazón vienen a beber, dulce tormento estival.

Hijos de las ovejas negras



Tu y yo somos los hijos de las ovejas negras que fueron arrojados al río al nacer y ahora flotamos inertes llevados por la suave corriente viendo a nuestro paso todos los atardeceres morir, donde quiera que estés llevo en mi mente tus portazos, me visto con el recuerdo del crujir de tu columna vertebral, sigo dilatando mis pupilas pensándote, llevo apagando las luces de todos los faros de mi cuerpo para que en esa oscuridad busques entre los desperdicios del amor trazas de mi.

Dijiste que apretara un agujero más el bozal del querer y te dije mirándote que ya habías mordido los labios que te daban de beber.



Quiero desnudarme con abrigos hechos de pieles de poetas, amor… y ahogarme en esos bombones de licor de cereza que me daba tu madre. Un agridulce placer en tiempo sin fe. Correr delante del bien y del mal mientras se nos clavan esas hermosas hojas de cerezos, romper las lágrimas de porcelana de la vitrina que observa ese gato tonto. Una mujer fuerte de fe que quiera mis cigarrillos y una vida complicada. Sentimientos secados al sol como aletas amputadas de tiburón en azoteas de alguna casa china. Y con todo mi dolor te enseñé que mi corazón era un tejido sintético de tu alma y que aunque jugaras a travestirte con ella estabas desnuda.

No quiero que te abandones



Sentados en los errores que cometiste y viendo las razones perdidas florecer, cruzando palabras de destierro con los ángeles en antros de absentas. Qué dirías si te digo que yo sostendré los océanos por los dos, no importa la devastación seré la parte fuerte de la tormenta para amarte. No te preocupes por mí se cuáles son las flores que debo cortar, pensaste que me habías perdido cuando definimos los riesgo, está bien, otra pesadilla nocturna que alimentar, no lo puedes entender pero esto es una clase de arte.