Corazones enterrados en tierra para gatos





Vestido con el calor de la fortuna apostando contra los bolsillos llenos de bosques australianos, saltando sobre los puntos de ceniza y las puntas rotas de ilusiones, lápices e iceberg. Comencé el día desvistiendo a la noche, las chispas que saltaron al bajar el liguero rápidamente se transformaron en cruces y al ver estas lo que sucedía nos dieron la espalda para no ver la lenta máscara africana deslizándose por el desbarajuste hormonal de las montañas en la mar, y escalamos los asteroides con las capuchas rojas llenas de oro y burbujas de embalar y el negro oscuro no fue tan negro oscuro por el reflejo de la tinta sobre el reverso de la cucaracha.

El desagüe fue el único juez de la inquisición y nos impuso 57 latigazos de labios en la espalda.

Constelaciones con las astillas de tus huesos





Los vuelos cancelados dejaron desconsolada a la muchacha en el aeropuerto de Dusseldorf y esa soledad de madrugada rompió su espina dorsal para formar constelaciones con las astillas de sus huesos… con el paso de los siglos la chica se dirigió al duty-free y con el dinero que le había sobrado de las pestañas postizas compró el cloroformo verbal esperando así a que la niebla y el jet lag amainara.

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