El aroma a petricor de tu piel



Sé cómo enamoraros, se perfectamente cómo decir cada palabra, cómo realizar cada gesto para haceros estremecer, se cuál es la entonación correcta, y sé en qué lugar exacto poner la mirada y el silencio. Sé cómo seduciros, cómo conjugar cada idea para haceros sentir niños otra vez, para devolveros la seguridad y la calidez de vuestro hogar que tanto ansiáis. Sé lo que deseáis, vuestros sueños, sé cómo introducirme en vuestras mentes y encajar las piezas para que me perpetuéis en vuestro recuerdo. Cómo haceros sentir en el paraíso construido a partir del plumaje de una rara avis, no os olvidéis de las rara avis, no os olvidéis de los huevos que pueden llegar a depositar en vuestras mentes y nunca, absolutamente nunca menoscabéis esos embriones.

Colchón de Oz



Tengo mi cuchillo pero la herida a desaparecido para dejar paso a una mujer vestida de rojo que no para de brotar de ese final. Observo los sutiles movimientos de sus huesos bajo la piel de su espalda y puedo notar en mis entrañas esas mismas caricias. Sigo rezándole a los fantasmas del subidón que dejamos a medias y al colocón que nunca tuvimos en el colchón de Oz.

Tactismo



Abrázame fuerte como si tratases de contener los mil fragmentos de mi alma troceada, como si fueses a volver con la fuerza de algunas historias que jamás tuvieron que volver a contarse, como si el tiempo se te escapara entre las venas de tus brazos.

Abrázame fuerte como si tus brazos fueran firmes ramas de abedul impermeables a mis lágrimas, silenciosas frente a los vientos fríos, porque sin tus brazos la escarcha de mis estepas nunca se deshiela, porque sin tus brazos las huellas que dejaron mis pies nunca florecerán.

Como si amar fuese tinta china



Quiero construir un terrario donde cultivar las lágrimas y recrear los tristes amaneceres contigo en un entorno controlado, mantener las vergüenzas de la humanidad sobre musgo fresco y líquenes, quiero crear entre vidrios un mal menor, un hogar, un sentimiento de culpa a escala mínima, y arrancar la hierba buena y dejar la mala hierba florecer, un tributo a lo perversos que fuimos el uno con el otro y meter los recuerdos junto a todos los animales urticantes, al fin y al cabo quiero crear un ecosistema incurable a los pies de mi cama, que poder observar y maldecir si algún día vuelvo a pensar en ti.

Cuando la marea pronuncia tu nombre



Volvemos a casa. Solíamos montar la ola rodeados de tiburones blancos, pero ahora debemos volver y protegernos, al menos joderemos el espectáculo, cariño joderemos el espectáculo. Los dientes de mi cremallera llevan más veneno que el de las víboras de Gabón así que cuidado al desabrocharla. Somos como las batallas navales entre barcos metidos en botellas de cristal. Cuando la marea sea baja nos esconderemos de los monstruos bajo el mantillo de flores silvestres, ese será nuestro hogar.

Islas desaparecidas



Los cuerpos corren, la sangre corre, las bandas callejeras disparan en el patio trasero de tu nuca, sangre fría de cuerpos calientes. Oigo las voces pronunciadas por disparos y el estómago de mi cama nos devora, fríos e inertes caemos a un letargo de amor cálido y húmedo haciendo que los líquenes y los musgos nos entrelacen las manos, y mientras la luz del trópico cruza nuestros cuerpos las golondrinas observan como nuestros ojos se hunden en nuestros cráneos.