Aclimatándose a la resignación



Habla en nombre de las cosas que arrebataron tu sonrisa y mantuvieron tus piernas abiertas por amor, tu padre estaría orgulloso, osos de golosina hidratadas con alcohol para terminar la fiesta, templos y civilizaciones prohibiéndonos enorgulleciéndonos de la obsesión, me gustas demasiado como para darte un arco y una flecha, demuestra tu mejor tiro malgasta tu tiempo jugando a matar, hazlo sentir vivo bajo la piel estremeciéndose entre tanta sangre y hueso, al fin y al cabo el dolor es como los animales enjaulados aclimatándose a la resignación. Esos animales químicos, esos ciervos almizcleros, esos karambit afilados arrimándose a tu piel.

Entre la mala fortuna y la naturaleza



Ella no dejó margen para antídotos y nuestra promesa de eternidad se quedó en un rápido movimiento hacia el cuello de la víbora, silencio mientras enseñaba los colmillos y yo con la oscuridad de mis lágrimas vistiendo a mis demonios. Era otra clase de peligro entre la mala fortuna y la naturaleza. Cada señal de sufrimiento arrastraba las hojas hacia la batalla, saturación de polvos con estrellas y gloria. Y los líquidos fluorescentes supurando de las palmas de esas manos que agarran tu cuello, desestabilizando la respiración e introduciendo la pulpa hacia el profundo interior.

Éramos prismas irradiados por el haz de sangre dispersando el rojo en mil colores, esos prismas de sangre que nos ataban juntos estirando nuestros límites, y me encontraron recostado en el cabecero de una cama desnuda y aquello lo interpretaron como un acto de amor.

COMERÁS DE MI MANO COMO LOS GUSANOS COMERÁN DE TU PIEL



He estado conduciendo sobre la carretera de tus heridas de principio a fin, viajando con el sonido de los pájaros de la fatalidad hacia un sinsentido constante en forma de latidos ajenos. Y ahora sólo, en mitad de la noche soy el pecador que un día sostuvo el sueño de convertirse en poeta. El suicidio ha sido la lluvia que inició la revolución y estoy jodido y jodidamente pirado y voy a conducir hasta que vea aparecer esas estrellas en tus ojos. Jugábamos a morir para hacer la vida más llevadera, ondeándonos mutuamente como sábanas movidas por el viento, así fue como nuestras lágrimas se secaron, no me rompas más, no me arranques mas, no te vayas sin mí, no te quedes jodiendo conmigo.

LLorar la fe



Soy capaz de ver el más hermoso atardecer contemplando la línea de polvo de mi estantería de libros, soy capaz de entender el mundo cuando depositas la fe en mí, soy perfectamente capaz de sentir el más devastador placer cuando clavas las uñas en mi espalda. Soy capaz de llorar al mundo tal y como Truman Capote escribía, soy capaz de ver la destrucción de Constantinopla cuando contemplo tu pecho dormido en mi cama, estoy pintado con el mismo odio de cuando te amé estoy abonando cada segundo de mi tragedia con tu recuerdo y aún eres mía.

Vio lentamente su destino



Lo dijo primera si me mientes ámame hasta olvidarme, rézale a la locura, rézale a la ceguera, si aún cuando la muchedumbre aclama nuestros nombres y la maldición llama a nuestra puerta, si aún cuando la eutanasía no fue suficiente y quieres quereme más violentamentamente, no nos salves. Aún existen zarzamoras y bayas venenosas protegiendo nuestra frontera, y tu alma incandescente sigue creciendo en los pies de aquella llama danzante y perdona a los que nos ofenden igual que nosotros perdonamos a los que una vez amamos.

Humedecemos los labios



Cuando cumpliste los 18 callaste a tus héroes y dioses, clavando mas hondo la flecha, sacando la sangre más afuera, te pusiste el disfraz de bestia dejando el de San Sebastián debajo, fuiste la herida y olvidaste el calor y la libertad del pecado, en cada suspiro te completas como una canción inacabada, como una semilla sembrada en un cuerpo inerte. El secreto de nuestra verdad de nuestro significado desfallece en el martirio pero nosotros le humedecemos los labios para que pueda seguir adelante.

Finales que te recuerdan que estás vivo y que eres indomable



Llevo tus degollamientos de collar y todos los nombres de tus amantes que acabaron mal de rosario, ahora que es otoño pienso en nuestros veranos en aquellas calas entre tus colmillos, abrigados por el oleaje de tu lengua corrompiendo mis pulmones, infectados de atemporalidad marina, dos siluetas inertes ahogándose por la luz, y fuimos la causa, el indicio y la consecuencia, y crujiste mis huesos del corazón, y desplumaste la piel del corazón.

Una extraña mentira...



Sentada la noche enfrente del espejo de los recuerdos, ve su piel de estrellas marchitarse, a la sombra de la luna permanece incauta y celosa de las huellas sobre la arena de aquellos pies descalzos de desconocidos amantes, sus lágrimas como estrellas fugaces son el rompeolas de un misterioso tiempo en el que se maquillaba con luz y fuego una extraña mentira que respiraba una y otra vez en su mente.

Nadie va a dejarte a solas con Dios



Había algo retorciéndose en el suelo de la batalla, algo indetectable por los satélites y las luces infrarrojas, algo inalcanzable por tus lágrimas ni lamentaciones, algo que hacía que tu sonrisa se licuase por la buena voluntad y la gracia divina. Nena, había algo retorciéndose en el interior de tu muslo izquierdo convulsionando como un epiléptico frente a las luces de colores de las vidrieras góticas, algo que se ha llevado el humo de mis cigarrillos y la sangre de mis heridas.

Vivir bien, amar bien



Se despertó en mitad de la noche y vi temblar su belleza y de su trémulo pavor al verme sus labios pontificados dieron de beber a mi sed. Clavándoseme la impávida luz de la luna en mí pecho di a luz a una sangre aún mas negra que al contacto con el aire engendró un estuario donde refugiarla y así fue como manchado de tanta vida mi sueño atemorizado humildemente comía.

Tragicidad



Y entonces todo se desmorona y es de esa brutalidad del resquebrajo desde la que parte el sutil dictado de mi fe, congelando las bombas de las que arde la inocencia, caminando en círculos sobre el Analema de Vitrubio, besando lo siniestro, lo obsceno, lo ridículo, lo sublime, la tragedia, lo grotesco, lo feo, la belleza y la estética. Añadiendo en las profundidades del lecho marino una cama hinchable de agua para el faquir, el sabor férrico de tu sangre parpadeando en mis labios, sintiendo como la incoherencia es una forma más de compasión.

Las golondrinas siguen sin volver a los nidos de tus entrañas...



He visto sangrar mi vida por no poder perdonarte, tu recuerdo no me ha enseñado a hacerlo. No puedo olvidar los juegos de ventanas y acantilados en el ocaso, pero existió una fuerza que me acariciaba en la profundidad manteniéndome inmóvil en el fondo, anestesiado, no puedes sumergirte sobre ese rojo placer, jugarás a perder o a tocarme, hablarás de piel húmeda o de sal, me tratarás como a un monstruo marino o llorarás a pulmón por mí, sobre cada noche, sobre cada noche, sobre cada jodida noche...

Toda esperanza está de más, los sueños son previsibles, siempre los mismos, infidelidad de nuestra mente al mostrarnos la certeza de la tiranía de nuestros deseos. Esta fue la última vez, dijo como si fuera un crisma, el diablo al que tienes idealizado se ríe cantando esa canción que amas, le dijiste adiós a lo que amabas acabando con la ausencia de belleza, el mundo al revés las golondrinas siguen sin volver a los nidos de tus entrañas...

Espejismos rotos



Empieza siempre así… nosotros solos, de pie, inmóviles frente a las puertas de nuestro infierno, siendo nosotros mismos los arquitectos de ellas, creadas con nuestras manos para contener todo el mal que hay en nosotros mismos, allí… es dónde gestamos nuestros miedos y devociones, nuestras contradicciones y nuestros propios espejismos, escondiendo nuestras miserias y vergüenzas tras ellas. Todo oculto bajo el cacareo sutil de nuestra palabrería barata, la pasión y la belleza, esos exiguos destellos inconstantes de locura y la vida temeraria, la bohemia, el aprendizaje y el llanto, la tragedia y el vano sentimiento. Encima de mi mesilla de noche tienes la llave de esas puertas.

La selección natural de mi propia mortalidad



Quiero cortes sangrando y pastel de manzana en la bañera, quiero ser un luchador de lucha mexicana luchando por el título final, quiero ser una falsedad real. ¡La belleza prometida y la juventud perdida! Quiero que el mundo me deje en paz. Quiero la moraleja de la fatalidad, oro y metales pesados dentro de mí, quiero oír los gritos de tu virginidad desvaneciéndose encima de mi cama, quiero sacrificios vomitados en medio de la calle a altas horas de la madrugada mientras nos cogemos de la mano y los escualos se descomponen en los contenedores, mientras mil fluidos químicos resucitan las sombras que brillan en nuestra oscuridad. Ella se rompe, nos rompemos. El músculo tensado, el dolor intenso, quiero cometer grandes errores y arrepentirme, quiero acabar muriendo para comprobar que pude sobrevivir a la selección natural de mi propia mortalidad.

Demersal



Si mis remordimientos bebieran mi sangre se alegrarían de verte. Dijiste; tranquilo, seguiremos como amigos… Si estuviese asustado lo haría, si fuese puro sabes que lo haría. El cazador sigue paralizado por el veneno convulsionando en el suelo recordando el paso en falso mientras en su interior toda su sangre se coagula. Si estuviese desecho lo haría, si fuera tuyo sabes que lo haría. Mi mente se oculta en las sombras de la tormenta abriendo los ventanales para invocar a las corrientes de aire. Prefiero estar sólo pero las cuatro patas de mi cama siguen apoyadas sobre tu espina dorsal.

Anádroma



S.K; — ¿Por qué piensas que mi dibujo es horrible?
Anádroma; — Porque están partidos por la mitad.
S.K; — En el fondo todos, absolutamente TODOS, estamos partidos por la mitad, y lo más aterrador de estar rotos y lo que más miedo debe darte es que el mago jamás volverá a juntar las dos partes para devolvernos a ser una sola pieza.
Anádroma; — Vale, pues entonces juntemos tu mitad y la mía.

"El silencio era hambre, hambre de escuchar la tentación cocinada con palabras lentas y sueros ígneos empalados en mis venas, y mantuvo mi polla húmeda en su boca casi como el formol a la mutación, mientras yo y mis pesadillas desayunábamos con la misma estúpida sonrisa vistiendo las mismas lágrimas lloradas con los mismos velos negros de viudas."

Santificados



Camino sólo en mitad de la madrugada dejando que la soledad estalle en cada esquina, mis manos como orcas asesinas acompañan la oscuridad acunando con cada paso el dolor. Sordo de tanta guerra de recuerdos empiezo a oír el origen de mi piel tiritar, dándome cuenta que soy la descomposición del espectro de la luz que moldea desde mis pulmones a tu corazón, soy el arco lunar en los océanos de tus brazos mientras beso tus ojos y las palmas de tus manos. Mira en esta santificada noche como las vírgenes que lloran lágrimas de pegamento desde el altar nos sonríen al vernos pasar, estamos tocados por la gracia divina, estamos tocados por la ira de millones de dioses del caos que se ocultan tras nuestro amanecer.

Así en el cielo como en la absenta



Dejo que los pelos de tu lengua de gato se deslicen sobre mis costillas de hielo descendiendo por mi piel como gotas de cera caliente de velas de catedral apócrifas,... estaba escrito, bordado sobre tu paladar, pero nadie lo escribió por miedo a que se descosiera, por miedo a que se deshiciera y me abrirás en canal y cambiarás tu impresión de mí, embriagándote con los olores de acetatos, aceites, aglutinantes y conservantes de mi interior y sonreirás por todo aquello que jamás podrás restaurar de nosotros mismos.

Y follaremos con el ritmo cardíaco de alguna estrella fugaz



Y brotó tu sangre conjuntándose con la metralla y las estrellas y así fue como las criaturas hermosas fueron desenterradas. Sabías que mi corazón continuaba amordazado en el asiento trasero de tu coche y el brillo de tus ojos lo resumía todo, y vi llorar a otras sectas más humanas que la nuestra, y vi la flora abrirse paso por los acantilados. Diez fuertes caballos negros intentando decirte que aquella catedral tuya era sólo un simple juego de espejos y que esas biblias estaban infectadas con la heroína de la fe.

Deja que ese escupitajo tuyo sea el submarino que sondee bajo mi lengua. Este es el corte en la piel donde nos permiten dormir, este es el golpe encerrado bajo candado en los moratones del amor, en pocos años pagaremos las tasas de mortalidad de esta guerra juntos. Preñaremos a algunas de esas diosas griegas, inundaremos algunas decisiones con cocaína y follaremos con el ritmo cardíaco de alguna estrella fugaz .

Hacer el amor siempre es el comienzo de una guerra.



Golpea mi nombre para arrodillarlo, somételo y que rece tú nombre, llévame a la sucia perdición que resuena en tus vísceras, muerde el sonido de los drums, riega con el ron los pétalos del jardín en la mañana, tú sólo sabes cómo golpear y como limpiar la sangre, esta noche seré un ángel caído por una extraña. Aquello que nos atraviesa deja al descubierto nuestro universo interior. .

Vamos tú y yo a hacer un trío con la muerte



¡Ouch!… Solías ser una Maiestas rodeadas de insoportables estudiantes de historia del arte, pequeña chica insegura jugando a ser un Dios violento. Solía ser un esclavo de tus más primitivos instintos, pero la melodía fue viciada, no voy a girar la cabeza como Regan, no puedes avergonzarte de mi lengua y luego intentar domesticarla, el lobo se cansó de ser las marcas en tu piel de las cosas ilegales que hicimos cuando estábamos en la cúspide, ahora nos montamos tríos con la muerte y hacemos malabares con sierra de mentiras mecánicas. Quieres tener un poco de libertad, dijiste tantas promesas reprimidas, tantas posibilidades arrojadas a los cerdos, eres tan débil como la composición de los hongos psilocibios produciendo en mí una intoxicación alucinógena, enséñame a ser tan cruel y como poder joder a otros sistemas cardíacos.

El caudal de la libertad es mucho mas fuerte que él de la estupidez humana



He pintado el cielo con el louche de la absenta y el olor a ajenjo ha bañado los campos de tus ojos, allí es donde el viento agita violentamente nuestra estupidez dejando que las partículas de inteligencia se vayan volando con él, podrías doblar ese viento para mí y así poder usarlo como vagina en lata. Cremalleras invisibles arrastrándonos a un indeterminado y salvaje llanto. Vamos en pleno junio a colgar los anzuelos en el árbol de navidad para ver si podemos pescar la taxidermia de la felicidad, sigo queriendo coser tus parpados con tus labios en un invisible crucigrama de lágrimas, crimen inesperado de nuestra majestuosa soledad conspirada.

Que caigan las cascadas



Tu corazón es un pequeño biotopo infernal de un infierno aún mayor que eres tú, allí es donde cultivo la lisergia, casi como hacía con mis peces en mi esférica pecera de cristal. Cuando entro en él la muerte me abriga y me aísla del mundo que me rodea, y en lo más profundo de ese mundo habita una fragilidad cultivada a fuego lento entre dos orillas denticuladas, tengo las manos manchadas de noche, y a través de la fe mis pecados se vuelven dogmas, allí mis labios son amargos como la absenta y la sangre es la mejor de las voluntades, allí es donde las agujas de hierro están bañadas en chocolate blanco y son lamidas por tu lengua bífida. En ese lugar dejaré que mis mejillas se marchiten por el sol y empezaré a cantar una plegaria que se convertirá en una canción de cuna, haré que toda la tristeza dentro de mí me meza, encontraré lo que tantas veces busqué en la tinta blanca, buscando una vida propia en una vida ajena, dejando que las cosas que debían ser, fuesen.

Quiero quedarme adentro



Quiero ser el porexpán expandiéndose dentro de tu cuello, quiero ser un putrefacto sashimi acariciando tu paladar, quiero ser todo tu malévolo plan, quiero ser un pastel de tripas imitando a un carrot cake entre tus dientes, un negativo velado por la claridad de la luna llena de tu ombligo, quiero, quiero, quiero luchar por los abusados recuerdos solitarios en el interior tu mente, quiero que apagues el fuego de una biblia en llamas haciéndote vomitar crema de cabello de ángel sobre ella, quiero criar malvas enterrado bajo los sabores de helado del mostrador frigorífico de la heladería de tus lágrimas, quiero ser la carne atrapada entre los dientes de tu cremallera, tu sudor fría del 40ºC de fiebre que es el néctar de mis colibrís, quiero ser la Wartenberg Wheel en tus pupilas, quiero ser el silencio crujiéndote la espina dorsal como un marisco.

Todo se ha acabado los lobos vuelven a sus madrigueras



He notado el abrazo de la doncella de hierro más suave que los que tú me das. He visto como tantos Dioses, a ciegas, jugaban a ponerles la cola a tantos burros, como los encantamientos del hechicero habían sido revelados, cantados en canciones de piratas por tu hígado. Vertidos como el hielo líquido sobre la piel húmeda de las lágrimas de este jodido mundo. No me importa si duele, si duele, que duela, mejor perder el control que perder la fe, desvistiendo tus pupilas con el calor de junio, un cuerpo perfecto follándose a una mente perfecta sudando velas rotas de barcos sin rumbo, esta noche voy a correr el riesgo de ser libre de ti, soy tu camuflaje, soy tu orquídea de sangre, desvistes mis pétalos para dejarme indefenso o erizas mis pétalos para ahuyentar a depredadores.

Tócate para mí



¿Matas por placer o por naturaleza?, ¿Matas para parecer más fuerte o por vulnerabilidad? No le tengo miedo a Dios le tengo miedo a tu nombre pronunciado por él, arrodillado encima de palabras vacías codiciándolas como aurívoro, corriendo por tus venas estallando en mil cristaleras con cristales de colores, sólo uróboros alimentándose de nosotros mismo, lo ves en nuestra corrupta evolución, mutando entre genes ásperos y DNA de anfibio, está escrito en lo proscrito, almas de alambre de espino y bombas lapa pidiéndonos perdón, tu odio es el zumo tropical de napalm que me tienta cada noche a abusar de ti, minas antipersona estallando en tus redes de pescar caos de vísceras para nutrir mi ego. Pesadillas pinchadas a aguja veterinaria sobre tus pensamientos, meticulosa crueldad de una generación tentada a disparar y huir, lo encierras y se escapa, está en el maltrato de matarte a ti misma, el tormento que vacía las entrañas de tus alas.

Tu amor vengará mi corazón



Encontrarte perdida en algún reducto inconcluso de mi oscuridad y atarte a la carne roja de los caballos negros tatuados a tinta blanca. Suspirar contigo mundos en extrema persecución. Fagocitar nuestra voracidad lingual. Exhibir en algún motel de carretera americana mis manos peludas acariciando los huesos de tus caderas metidas en un bote con formol. Clavar la aguja del compás en la cartografía del nuevo mundo contigo. Rasgar tu voz y tus vestiduras al tiempo que juntamos los sofares para dormir. Viviendo la dolce vita a partir de los pétalos de destrucción que creó el verano, podríamos ser, podríamos ser... esa mentira real, esa mentira de oro, que brilla en medio del marfil, una posibilidad remota sonriéndonos desde aquella esquina oscura.

Disfraz de lobo, sangre de cordero degollado y piel de becerro de oro



Hice el amor con las bayas venenosas que aún estaban por florecer, bautizando mis manos con el caldo aún caliente de los caracoles que te comiste, mientras las águilas lloraban lágrimas de plumas y mi gaznate seguía notando el bastinado de tu belleza.

Y hago que aprieten fuerte las mandíbulas con los 600 voltios de la anguila eléctrica que protege mi corazón, y clavo los cilicios en sus ojos para consagrar la penitencia de las miradas indiscretas que nos miran. Esta noche en nombre de la fe y el candaulismo someteré todo aquello que mi ligofilia no me dejó dominar.”

Sólo un caído más



La otra noche tuve un sueño donde la batalla era mi escudo y tú estabas ahí con los ojos rodeados de ira y purpurina peleando por mí, y entendí que a veces la única solución es comenzar una guerra. Hemos sido tan débiles que hemos armado un ejército más letal que la tensión superficial del agua…

Y entre tanto ruido de espadas oí tu voz más clara que la santa muerte, oí como me decías; “—Sólo un caído más.” Y avancé unos pasos descalzo, magullado y con mi alma en llamas y vi desde lo lejos como me disparabas la última flecha. Caí hacia atrás y al cerrar los ojos recordé tus últimas palabras; “—Es que a veces la única salvación es destruir las pruebas, está escrito en el silencio que dejan las islas volcánicas sobre el lecho marino.”

Encontraste rápido el camino de huida, perdiendo el dolor por el camino. Y mientras tú te tocabas y te venías por mí de mi cuerpo floreció un campo de Diphylleia grayi.

Quién te usa y quién te obedece...



Le dijiste al fuego de la salvación que lo atarías con las nubes del cielo mirando hacia Cástor y Pólux. Sigue cayendo. De tus manos la condensación, de tu precipicio los juicios francos del laberinto de espejos con el que te vistes y en los ojos de los búhos desvaneciéndose la luz de los satélites artificiales abandonados. Me has besado las lágrimas, me has besado las garras, incluso has domesticación el oleaje y la gravedad con que me atraías. Sigue cayendo. Sólo eres una estrella caída dejándome cráteres sobre mi piel, bailando sola sobre mi espalda. Tú eres mi último vestigio de locura, una civilización en éxodo mental, hoy sólo una fina cubierta de invernadero nos protege del clima exterior. Sigue cayendo, hacia lo profundo de la madriguera.

La fortaleza de la ingenuidad.



El latido del corazón de un conejo es el que marca el ritmo de los drums al acercarme a ti. Este es el sacrificio ¿quién es el amante? y ¿quién el cuchillo?, el río azul se hunde en la tierra negra, el cielo cae por su propio peso ahogándonos a todos los herejes. Esta noche con la luz apagada nos orientaremos con las cuerdas rojas del arpa, y eso no podrán evitarlo. Me echo la madrugada a mi espalda y las estrellas se me clavan en mi piel, sacándome tu regalo, esas espinas que me clavaste. Esta noche alzo la copa de absenta como sacrificio, cierro las ventanas y me entrego a la transformación de hombre lobo a ajolote para acariciarte con mis branquias doradas, para permanecer en la neotenia a tu lado.

Incluso cuando la primavera cae las flores se levantan



Hay noches en las que al cerrar los ojos para irme a dormir me vienen a la cabeza los chillidos de los delfines con garfios clavados a la cabeza mientras se desangran convulsionando, hay veces que cuando la luz se apaga visualizo mi corazón estallando en mil pedazos como suelen hacer con las ballenas varadas en la arena, hay noches en las que antes de dormir trato de localizarme el pulso entre las focas asesinadas sobre el hielo, ese hedor inmundo a sangre y a pescado suavemente me va meciendo llevándome a lo más profundo de un sueño del que no quiero despertar.

Camuflagelación



He volado con las cálidas corrientes de viento que provocaban mis suspiros al recordarte desde mi jaula, he notado los rayos de sol sobre mis alas suspendidas entre la clorofila de los sauces llorones muertos.

Yo estaba loco, herido y con las pupilas abiertas de par en par, encerrado, con las manos enterradas en alpiste y corriendo en círculos concéntricos sobre tu piel, así pasé la primavera con el miedo pintado como líneas de camuflaje sobre mis mejillas para esconderme de tanto mal.

Pros y peros



La vid retorciéndose sobre nosotros como la cadera de Laocoonte, sonríele a la aldea beata, y volvamos a ese alambique lleno de tu esencia que tantas veces germinó las semillas en nuestra inacabada atmósfera cerrada.

Cuando el caos te retire la silla para que te sientes y busques en un plato caliente el origen de ese dolor, recuerda la exhumación de nuestros cuerpos frente a la realeza, el tacto de los guantes de látex, recuerda que una vez fuimos trofeos de caza inmortalizados en una foto en blanco y negro. Cada centímetro de presión de la mandíbula de la tortuga caimán donde nos enamoramos.

Yo quiero llegar a ti y dejar que la encáustica nos perpetúe en el tiempo.



Las veces en que Dios me sorprendió desnudo sobre mi cama herido y sangrando se dio cuenta que los dos éramos índigos, y con las flechas aún clavadas me besaba los pies mientras ahí fuera, la humanidad perdía la fe. Oigo los dioses susurrando la vida que elegimos, oigo los perros del vecindario ladrar. En tu nombre pronuncio mi vida, sigo rezándole a la ecolocalización sentimental por la cual la eternidad es enhebrada en la aguja del placer.

El dolor que amo.

Me has abierto en canal rajándome tal y como una vez hicimos con la tierra en el canal de Panamá



Cada rincón de tu piel me recuerda a un exorcismo fallado. Y pusimos nuestras yemas de los dedos sobre el planchette y nos dimos cuenta de que había demasiados fantasmas apañándoselas para sacarme de tu cuerpo, así en la tierra como en tu boca. He puesto tu corazón en el congelador y ahora dentro de un ratito lo rallaré para dárselo de comer a mi ajolote.

He creído que la vida me tatuaba pero al final me di cuenta que eran sólo tus pecados. ¿Echamos el segundo?

Y el universo sabe mejor que nadie como cultivar el infierno y todas sus raíces sobre la tierra



Existe una habitación con una luz de mesilla parpadeante y un pez sobre la moqueta boqueando, ese pez que tantas veces golpeaste el cristal para asustarlo ahora descansa sobre el terciopelo azul, es el día del juicio final de nuestro placer, no quedan más salidas, no quedan mas caídas, todo se ha acabado y el salitre de tu boca aún sigue sudando flores de astracán en la nevera junto al brick de leche caducado que yo dejé...

Ni tan siquiera las pirámides supieron como expulsar a aquel demonio...



Vivo de la inmensitud de aquellas palabras vacías que me susurrabas flojito sobre las tempestades de mis oídos, vivo del carroñero recuerdo de cuando le enseñabas tu espalda a la madre naturaleza, hoy, los paños mojados de las estatuas de mármol ya no lloran por ti. Puedes salvar mi vida pero jamás podrás salvar mis pensamientos, mi alma, ni mis demonios... Perpetuo muro. La manera en que me pides perdón se llama libertad. Los lagos que forman los huecos de tus huesos con tus tendones siguen buscando un sueño del cual arrepentirse, la gente es muy interesante, la resaca es muy interesante.

El amor no entiende de estructuras óseas, ni melancolías. Grabé tu nombre en la espalda tatuada de mi soledad, y fui el armillo despellejado para forrar el aliento de tus dioses, me sigue gustando tu boca y todo su marfil, nuestro amor efímero y nuestras ganas de torturar.

Juguemos a esconder nuestros demonios para que otros los encuentren...



Ayer dejé caer los velos, y toda las miradas cayeron a las profundidades, desnudándose mientras caían al abismo más oscuro, hay un extraño amor caminando descalzo, acercándose a lo que somos; cerdas de crin de caballo deslizándose sobre cuerdas tensadas al máximo, nadie huirá, nadie sobrevivirá, hay un extraño amor sosteniéndote con sus manos de brujo, esculpiendo con cada lágrima una promesa, nadie volverá a rezar en las catedrales de los huesos pélvicos de tus caderas, hay un extraño amor que florece de tus clavículas sólo en mitad de la noche, embriagando con su olor todas mis sombras...

Nu (n2) Ca



Es bonito saber que sólo tu voz puede calmar a algunas personas importantes, es hermoso saber que sólo tu voz puede atormentar a otras, pequeña, soy como el diablo disparándote a quemaropa, susurrándote en mitad de la noche, sanándote de tanto mal y enfermándote de tanto bien... separando la pulpa de la cáscara como lo hago con las luces y las sombras, los huesos y la carne, tus labios y la lengua... esta noche el infierno te dejará sus marcas en tu nuca poniéndote la piel de gallina de sacrificio..

Tramo



Me gusta olerte y responderte con mis hormonas, no está bien, se que no está bien es enfermizo, se que es enfermizo, pero eso es lo único que me permite seguir unido a ti, la enfermedad, la tranquilidad que me produce esto tan enfermizo que he cultivado, sigo estudiando eso que me has dado, ese aroma a sangre fresca deseando evaporarse, me excita correrme encima del arcoiris que ese prisma creó a partir de la luz, tantas amantes muertas en cunetas de carreteras de curvas.