La pesadilla utópica de anhelar merluzas y bradomines





Llegué y al cabo de un tiempo llegó el sonido de mi razón, luego dejé la leche fresca para las mariposas en la puerta de mi vanidad y dije las palabras que llegaron a tu historia como si del tráfico de una botella de cristal con un barquito dentro quisieras defenestrarte, no puedes explicar el porqué de tus sentimientos baratos ni tomar confluencias explicativas en la piel de sardinas bautismales. El hecho en sí no es el hecho en sí, sino el hecho en sí, ya que mas allá del simple hecho de no entender nada está el simple hecho de entender algo! Omarismos pechakucheros encima de burocratas financiadores...

Y llegué de Valencia con un esguince festivo en el pié, llegué con tanto tiempo que dudé de muchas dudas, quizás la vida se vea desde otra perspectiva cuando te haces un esguince barbéenlo intentando volar camaleonicamente, me asaltan dudas sobre el porqué me lo he hecho y que debo hacer: Untarlo en mantequilla? Votarlo en blanco? Hablarle con paciencia etílica? Buscarle un compañero en la capadocia? Meterle mano? Adyacerle incomprensivo? Rozarlo con rosas? Leerle a Poe? Pedirle clemencia?

Somos previsiblemente tecnológicos y la tecnología aveces se empaña así que volvamos a lo provinciano, a lo rústico y de mal gusto porque solo tenemos el comienzo de la nada y dos chapas de mejillones salchicheros. Predicciones oceanográficas he tenido en Valencia no hay tiempo para el bailoteo de los ignorantes!

Un amigo que te pega un papel en la cabeza no puede ser un buen amigo.