Mentes salvajes afiladas hasta domesticar



Soy la punta del dardo envenenado atravesando el aire de fuego cuando me evitas, y levito, y me indicas, y me dejo encontrar, como la primera y única vez pero sin resucitar, me he construido sobre la firmeza de controlar mis sentimientos todo el universo emocional que me mantiene al margen de todo, paralelo a lo que ellos llaman locura, y aquí estoy dejando que arañes otra vez mi corazón mientras arpegias escarbando buscando vida inteligente, tranquila esta vez no voy a pedirte nada, no te haré mas daño esta vez utilizo de cama elástica la membrana de osmosis que limpia los latidos de polvo y gritos, no puedo reprimir que te odio y que eres lo peor pero el odio es otra forma de amar, más salvaje y humana. Tiembla de frío hasta erupcionar y luego quémate en tu propio vómito. Yo estaré sujetándote la mano hasta reventar. No me quejo de vivir contigo como animales cultivados eternamente por la cera dentro de una vela, no me quejo de ser el nervio cruel que eriza tu vello, no me quejo de ser la mente salvaje afilada hasta domesticar.