El bambú es mi hogar sus astillas son mi sangre.



Las voces del dolor responden a mis plegarias. Las heridas me susurran cosas, es extraño, lo sé, no conozco a nadie mas que le pase, he llegado a tener conversaciones con las marcas rojas de tu piel hablando bajito mientras dormías, el dolor me cuenta cosas de ti, se las apaña para enredarme con cuentos de como fue creado, eso me excita, pero no es una excitación normal es un cúmulo de desgracias dejando huella a través de tu noble piel, aveces el silencio de no escuchar ese dolor también es violento. Soy un monstruo.