Nunca he oído al corazón gritarle a la muerte como lo ha hecho esta noche, no sabrás porque se incendian mis venas como mechas de dinamita cuando se acerca la luna llena, debo confesarte que guardo secretos más grandes que las heridas a reparar, eres el espacio entre mis costillas y el silencio que hay en medio de mis vértebras, eres el campo labrado en el anochecer, eres mi odio y eres mi corazón.