Los milagros no ocurren cerca de mí



Los hombres libres nunca duermen, los hombres libres nunca desayunan. Quiero besarte igual que la estricta educación de los colegios de curas y las manos que sostienen las ballestas, quiero enraizarme a tus gigantes olvidados entre nubes y ramificarme hasta matarlos, flores en tu pelo y dolor en mi pecho. Duerme sin temor, los milagros no ocurren cerca de mí.

Desnudarte y dejar que una marea de flores llegue hasta los pies de mí cama, esta noche quiero humedecerme los mis pies entre tus pétalos, deja la ventana entreabierta para acariciar aquello que nos hace daño mientras dormimos