El cinismo circunflejo y Edie Sedgwick





Narcotraficando con el tipificable amor entre Evas Perones y atardeceres a media luna de brownie, necesitamos un área de revolución para darnos cuenta que los cuentos de hadas de chocolate y canutos de mazapán se acaban desvaneciendo en la lengua de un tiliqua, es tarde y ser amante a media jornada en un cubito de hielo es el resumen de las contracciones posparto de un fracaso renunciado, hay dos cosas que siempre pienso por la mañana una es la ofuscación de todo en concreto y nada en común y la otra el eco de lo que pudo haber sido y toscamente acabo siendo una bacanal turca en un bote a presión con fecha de caducidad.

Algún día seré el caduceo del metabolismo de un pingüino emperador mecánico y montaré en triciclo de humildad encima de una noria natural de vermiculita, quizá sea demasiado tarde pero me gusta predicar con la creencia soviética de hacerte reír.

Todo esto me recuerda a una borrachera de amor que tuve hace tiempo y en la cual en el reverso de una etiqueta de anís del mono escribí: Siempre hay que amar aunque duela, aunque mientas, aunque sientas que no lo mereces y cuando menos lo merezcas mas amas y luego te sientas y sientes y entre tanto sentimiento amas, porque se es cuando se ama y se ama cuando se siente y si duele es que lo sientes de verdad, así que ama por lo que mas quieras ama, porque sin amor no hay gente que sienta!