Un mausoleo a mis cardiografías
¿Y porque no? Desabituayamiento estresante de mis lobbys y ocupacionabilidad desganada de prefacturas dolorosas que no dejan de joder y de fondo solo se oye la Giralda llorar. Vuelvo a hacer alpinismo en la cabeza de un alfiler y entrelámo diafanismos en mis apuntes de pensamiento artístico, sigo igual con los roscones de reyes apuntalados para que no se derrumben encima de corazones de humo retratados en las hojas de un diccionario Larousse, aglutinación de ideas, conglomeración de estupideces, formas inconexas de vida rondando por mi egocentrismo y en el suelo amapolas… Sam en el suelo amapolas!
El camino a Jerusalén está cerca, pero a mi nadie me espera en las puertas de abalorios de la ciudad, entumece tus labios con vinagre y cura mis heridas, restablece el orden de mis progresos erráticos y vuelve a pensar en mi, tantos cantaros se han roto en el camino que ahora te has comprado una botella de plástico 8 litros, bonito saltamonte en tu pecho acaramelado, bonitas alas de colémbolos usurpadores de nichos de infancia y lombardas destiñéndose por tus sienes.
Y apareció la tierra que cegaría al mar por motivos de desfalco de soledad y sentimientos agranizados. Sus ojos estaban en barbecho y sus medias tenian sardinas atrapadas, asi que me llamó, pero mi telefono estaba debajo de la sabana en modo vibración, ella nunca me creyó pero construyó un mausoleo a mis cardiografías.
ASPICE UT ASPICIAR