He cogido la autopista y la he enhebrado en la aguja para coserte mil accidentes en tu piel mientras dices la maldición hablando en sueños, y te borro de la lista y me subo los calcetines, la lluvia moja los límites por los que incorrectamente camino, cuerda floja que aprieta más que nunca, la honestidad es tu fuerte del far west y mis excusas los indios que intentan asaltarlo, mi boca se ha transformado en una enorme hormigonera que vomita el cemento con el que enterramos a nuestras víctimas en las paredes de nuestra casita de lagartos, y dejaremos salvaje el huerto del jardín de tu madre para que las matas de tomates lleguen a nuestra cama y te quedarás como mujer del tiempo detrás de mis rodillas apartada de todo dolor, porque tu eres el cartílago de tiburón que será arponeado en la estampida de mi corazón.