Sigo recordando cuan imbéciles éramos creyendo que podíamos incendiar el mundo con abrazos y poesía, hoy en día nos esnifamos las cenizas de los paraísos tropicales para soportar vivir en este mundo, pueblos enteros unidos en la matanza de la supervivencia de nuestra especie. Aveces le rezo a esas tribus que aún no han sido descubiertas y viven ajenas a tanto mal, ellos son los auténticos Dioses, no los olvidéis, el caos reina en ellas.