El regocijo reptiliano de mis mocasines autóctonos
Hoy he decidido respirar atragantándome entre las orejas de un perfume eau d’eté y lasañas trepadoras, quizás si no hubiera decidido pensar en ti como parte de mi te hubieran nominado a Los Oscars de bronce, pero es el momento en el cual los prospectos metafóricos del alma te piden perdón y te cuentan cosillas que normabilizan los encantos aterciopelados de pequeñas lexicolecturas de lenguaje nectárico y fácilmente estorbable.
Solo espero la devoción de las ostras con perlas de chuchería, el regocijo reptiliano de mis mocasines autóctonos, el devenir de flores de pasta, el baile del Dow Jon, el camilosestismo de barrio, la lumbre de mi trastero, el techo de los gorros de navidad de los ansiolíticos de mi nevera, el veneno de las teclas del teclado de tu bufanda de mimbre, la traqueotomía de mi mapache bipolar, los atardeceres de frambuesas con petetes y el pupílico hilo dramático del control + alt + supr.
Si señores, estoy hablando de la amistad traducida a la desesperación de canales youtubescos y pretenciosamente docilitada para obtener recursos y bienes con colores sudorescos y mortalidad diaforismica con asignaturas troncales por aprobar, así pues, hasta que un juez con peché no dictamine lo contrarío me autocomplazco recordarles que el LOVE MATRONEUM ya está escrito.
Psychotropism + Madness + Tracey Emin + Edie sedgwick = ECLECTICISMO CON UN PAR