El lobo marchitó sobre el microondas




Cuando nacieron mis sobrinas entendí perfectamente el significado de la fragilidad de la vida humana y el hastío de crecer. He metido la llave del cofre en la trituradora de papeles para inyectar con tu suspiro la única vena de cordura en tu coartada viral, he edificado sobre los mickeymouseísmicos la predilección por el número dieciocho, he perdido la anormalidad del dolor y del lamento, la soledad y las pequeñas hormigas que suben acariciándome inconcientemente con sus almidonadas mandíbulas el miedo, la oportunidad de ser una muñeca de trapo atrapada en el reclamo en cintas grabadas de jilguero, rodeado de mis tormentas atadas a la misma cuerda del reloj de cuerda. Así en el Sielo como en la Sierra.

Hace más de una década que dejé de sentirlo todo pero hay una mecánica dentro de mí que marca las horas en punto del día, que me recuerda que mi soledad está acompañada de miel y chocolate; Le dije. —‎Tenemos el mismo hueco de la escalera para enterrar el ataúd del amor, yo en el ático de mi fémur derecho y tu en el bajo primera del interior de tu muslo izquierdo.

El holocausto sómnico de tu amanecer





Lo se… la nasa, la esa y la commonwealth jamás quiso a los marineros australes y sólo me queda el consuelo de mi espalda retorciéndose en escalera de caracol envolviendo con tu cartílago frutal las respiraciones de los peces pulmonares que corren por los riachuelos de vino tinto de mis venas, se equivocaron, se equivocaron mil veces, esa equivocación del mutante epipaleolítico y los corazones en chándal en aquella paradoxal curva de espinasparadorsales, todo desencaminó en producto irreverente de la emigración imaginativa.

Abrigados con las tripas y los sarpullidos de corazones cerebrales y soldados de tungsteno tapizados de marfil electoral, perfectos dramaboys marchanchitándose un rato y procrastinando incontinencias benévolas, besar milagrosamente las estrías del cerebro, de luciérnagas y luceros y tus uñas descerebradas dejadas, cortadas y tiradas al suelo del acantilado son las únicas que me cantan el aria mas bonita que mis desdentadas orejas pudieran oír, al tiempo que desciendo vertiginosamente por él, por ella, y rasgué mis vestiduras y tomé la oblea que reveló ante mi los planetas y el holocausto sómnico de tu amanecer.

Peinando las mandíbulas de tiburón de tus Barbies





Te estoy haciendo mas fuerte y muchas mas fuentes*con mis sicoloRgías*baratas,*con cada noche que se expande entre el propileo mecánico ambientado con el perfume de tu lunar y tus dominatrices nasales.*Atorméntate con nuestras naves industriales y nuestras napolitanas mocasinestésicas.*

Quiero pegarte puñetazitos en la barriga hasta que vomites flores, y sangres ancianitas, y aunque sea mucho pedir quiero que a veces vomites los sensibles insinceros, y otras veces las untadas tostadas de resquicios de nuestros divinos silencios y nuestros santificados amores de extrarradio, las señales de humo con el incendio de tu corazonada en abono de plantas carnívoras y ángeles con alas de cera acabando la carrera de ingeniería mecánica.

Babosearás el futuro con la misma discordia con la que peinabas las mandíbulas de tiburón de tus Barbies clavadas en el sagitario del portal de mis vísceras de purpurina y en la cascada de la lonja de pescado que tienes en tu astronáutico eyeliner, soñarás con Meliers de cine mudo en tocados de pelo postizo y pelucas con pelo de bigotes de gambas, con todos y cada uno de los icono hitlerianos de tus labios circuncidados conservados en el vacío de las consecuencias finales de la felicidad y las palabras banales de ira incontinente de monjas gitanas en poemas de Lorca.

El cinturón de castidad de mi mentalidad pulmonar





Mi patria es el cinturón de castidad de mi mentalidad pulmonar y los muebles son las sabanas sucias dobladas en tangram, puedes engullir mis temblores o martillar mis trituraciones con tus tacones, esnifar el revolver y las especias medicinales de la archidiócesis de la artemia, mandar un comunicado a todos los arañazos de mis músculos, y despiezarme entre el menú de las 2:30 pm y el de las 9:45 pm, inscribir en tus mentiras que todo estaba encaminado al silicio en el corazón y a la heterodoxa en los tintes de pelo, y con la misma ingratitud convertir a las jinetes que cabalgaban por encima de mi altar en simples definiciones de diccionario, atraviesa las paredes de papel de mi paraguas japonés en caracteres occidentales y escribe con caligrafía binaria ‎la carrera con menos salidas, la de tus medias y la salida con menos medias, la de tu carrera.

De fieras y féretros, lo neceosito todo, los narcóticos, el sexo oral y los muñecos de plastelina… el último salmo samurai, y todas tus listas de bodas con nombres de pitufos, la candidez con la que despachabas a los comensales de tu corazón, descubiertos al cenar y cubiertos cenando.

Déjame equivocarme a tu lado…

10/10/10





Hoy es mi cumpleaños y sólo le pido a mi esquizofrenia que mantenga mis pies fríos como el volcán hundido en mi acuario, que no se piense que aun estoy expectante a que mi corazón se caliente con las tormentas solares de las mandíbulas de mis tortuga, que despierte el aletargado dolor y haga brotar en él mis espejos, que vomite y sueñe las lentas letras enmarcadas en flotadores de los chinos y bragas de la India, que sea el guía con pata de palo y parche en el ojo de los Museos Vaticanos de mis riñones y me haga perderme en la capilla Sixtina de mi hígado, que se ría no sólo de la muerte sino también de todas sus burocracias y roscones de reyes usados de hula hoop, que tatúe en la piel de un cerdo todos los mapas de París, que se tropiece con los domingos de bisturís y sonría al verme sufrir y que me haga ensuciar día si, día también, que me desquicie de la mejor forma posible como un diamante perdido en un pajar.

Que haga ver que no me escucha los días de lluvia y se depile con mis paraguas, que me deje hacer esquí acuático encima de sus pupilas esteladas y que sepa mentir como nadie, solamente le pido a mi esquizofrenia que me deje jugar un rato más con mis juventudes y me haga portador de todas sus lágrimas.

23 años no es demasiado pero son suficientes...

Alicia en el país de las ingles brasileñas





No me canso, no me canso ni siquiera cuando me tropiezo con la luz del azar que entra por las ventanas de la lógica de mis orificios nasales, no me pierdo, no me pierdo ni por el romanticismo, ni por las ganas de huir contigo, me mantengo firme a la convicción de amarte a pesar de mis ganas por componer la olor del sistema de constelaciones que regirán las mareas sentimentales de esta perpetua religión al bestializarnos, y veré en cada esquina de nuestra pesadilla la obsesión de esa soledad compartida en mis espinas, en mis escamas, en el dulce orgullo de ti por ser ella y el sentimiento de triunfo previo de no tenerte, ingenua libre de mi certificado de locura y lejanía.

Hazme sufrir, sólo hazlo, piérdeme la noción de aquel fiel en busca de la continuidad del mito, crucifícame de esa forma tan mental en el bosque de tus deudas como tu solías hacer, de besos consternados y piel desgajada en mandarinas de ocho gajos y mil noches, te quiero de esa forma tan banal que el universo rinde envidiando nuestro amor. De ti, amor.

Noche de surferas oleadas de asesinatos





El futuro nos llegará atado a una balsita escuchando el sonido de la luna al reutilizarse en vegetarianas lunas alienígenas de papel albal, y todo funcionará de pe’z a pa’z, se nos endulzará y lo engulliremos vocalmente, no habrá grandes genios/geranios, ni grandes proezas/poetas, no habrá grandes estrellas/astillas, en que mierda siglo nos tocará reír, donde lo venerado será escatológico e insulso y ahora todo cambiará, las chinchetas y el esparadrapo y las lentes y la bisutería y todo lo que en su día fue heridas de arroz ahora será trigo brotado en las arterias del dolor y aletas/rgado escuchando como punteas las venas usadas de cuerdas de guitarras en pulmones con cajas torácicas, aptitudes y latitudes de seres y enseres entre la maleza embarcada como equipaje de mano en tu cinta lumbar/lunar.

Hazme sufrir lentamente como en una estúpida performance ochentera y lo tragaré todo, la risa y el ritmo de descompresión de mis lentes de contacto en la primera fase de una revista porno, somos dos diagnósticos luchando por salir por el mismo engranaje, no tengas miedos es año lunar y nuestros dos abogados apaciguaran la caída.