A cerca de la misantropía floral



Grito como una fan extasiada hincando los pies en la carne cruda para que la espiral de agua no me arrastre a la profundidad de la realidad. Aún sigo lamiendo la sangre falsa de sus heridas, tranquila, me mantengo firme a mi religión, el recuerdo es casi, casi como la piedad de Miguel Ángel sosteniéndome con sus dedos de plumilla y frío mármol, espero que la soledad me pille mezclando el champagne y la absenta, ese que me sirve para aligerar el peso de las alas de estos ángeles caídos a los cuales les susurro con mi piel mi sagrada voluntad, me mantengo expectante por ver cual será el próximo paso en falso, nunca he tenido fe pero siempre he creído que acabaría en la catedral cortado en mil pedazos por las luces de colores de sus cristaleras.

Encontré entre tus flores muertas el kit de sutura con el cual remendarme los pulmones y crear una cárcel pulmonar de latigazos y sinceridad para poder respirar. El asesinato teatral y el homicidio de tus huesos aún siguen bailando dentro de mi oscuridad, pero yo soy más rápido.