Meter la mano entre la maleza y sentirla húmeda y fresca como la primera vez, sentirla mía. En esa maleza se ocultan los ojos acechantes y es donde creció lo salvaje, meter la mano entre la maleza y notar los bichos subiendo por dentro de mis entrañas, los aires de recuerdos y mentiras sobre esa maleza levantan el olor a lo que pudo haber sido sin fuego cruzado de por medio, meter la mano entre la maleza para notarle los latidos al diablo y quemarme y apagarme. Tumbado en esa maleza le mido la salinidad con el refractómetro de mi corazón a tus lágrimas. Tumbado entre la maleza monto mi reino para esperarte..