Las golondrinas siguen sin volver a los nidos de tus entrañas...



He visto sangrar mi vida por no poder perdonarte, tu recuerdo no me ha enseñado a hacerlo. No puedo olvidar los juegos de ventanas y acantilados en el ocaso, pero existió una fuerza que me acariciaba en la profundidad manteniéndome inmóvil en el fondo, anestesiado, no puedes sumergirte sobre ese rojo placer, jugarás a perder o a tocarme, hablarás de piel húmeda o de sal, me tratarás como a un monstruo marino o llorarás a pulmón por mí, sobre cada noche, sobre cada noche, sobre cada jodida noche...

Toda esperanza está de más, los sueños son previsibles, siempre los mismos, infidelidad de nuestra mente al mostrarnos la certeza de la tiranía de nuestros deseos. Esta fue la última vez, dijo como si fuera un crisma, el diablo al que tienes idealizado se ríe cantando esa canción que amas, le dijiste adiós a lo que amabas acabando con la ausencia de belleza, el mundo al revés las golondrinas siguen sin volver a los nidos de tus entrañas...