Somos propiedad de nuestros propios miedos



He dormido en las entrañas de un aullido abierto en canal. ¿Cómo sabré? ¿Cómo sabrás? Si cuando caes estás bien y cuando mueres sonríes. Si sólo puedes cubrir tus expectativas con falsas esperanzas y la razón reposa encima de nuestros vasos de Martini, si el final está tan cerca como la cima, si la carne ya está muy hecha, si el río ya ha llegado a la sangre, y la disciplina nos recuerda lo indignos que somos obedeciendo aquello que amamos.

Masticar granada es el sonido mas parecido a abrazar tus huesos. Algún día todo cambiará. Sonreíd cabrones pronto llegará el fin.