Todos tus dioses los he creado con la alquimia de la absenta a imagen y semejanza de tus lágrimas, el daño ya está hecho ahora reza por ello… viste pasillos hacia la luz donde sólo había alcantarillas, alas negras aguantándote la cabeza mientras vomitabas borracha, habías cebado mi percepción de lo bello alimentándola con el veneno de tus víctimas, ellos no te entendieron, ellos no supieron curarte, he conducido mi coche sin frenos hasta la curva final, suplicando por la inyección letal para esperar a que los santos me envolvieran con sus ropajes.